El derecho y la seguridad: el difícil equilibrio de un mundo violento

Entre violencia extrema y protección extrema


El extremismo es una triste característica del lado agresivo de nuestra sociedad contemporánea. Muchos dicen que está fomentada por las redes sociales y los algoritmos que alimentan opiniones radicales en quienes las usan. La violencia relacionada con delincuencia, mafias, carteles, etc, es cada vez mayor e incluso el terrorismo se usan como declaración de posturas y territorios, con un enorme sufrimiento y costo de vida para la población civil inocente. Su combate y las leyes que controlan esta violencia y terror siempre están sujetas a exigencias y polémicas. ¿Donde termina la protección y comienza la violación de derechos fundamentales? Esta es la pregunta que ha protagonizado uno de los debates morales más controversiales del siglo XXI. Debido al aumento significativo en la violencia y en las amenazas terroristas a nivel mundial muchos gobiernos han implementado leyes estrictas para combatirlo, pero estas medidas a menudo generan preocupación sobre el uso excesivo de la fuerza y las violaciones de los derechos humanos. Encontrar un equilibrio adecuado entre la seguridad y la protección de las libertades civiles se ha convertido en un desafío mundial.

Como caso icónico de la representación de esta polémica en Latinoamérica está el del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, admirado por unos, que lo consideran liberador del crimen y terrorismo institucionalizado por “las maras” y criticado por otros, debido a la violación de los derechos humanos. No parece haber matices en la percepción que genera, al igual que la postura de muchas personas frente a este tema. 

Las leyes contra la violencia extrema y  el terrorismo tienen como objetivo principal prevenir, investigar y sancionar actos de violencia. Están diseñadas para proporcionar a los gobiernos y las agencias de seguridad herramientas eficaces para enfrentar las amenazas terroristas, que pueden ser tanto internas (de grupos radicalizados por opiniones, contrabando como carteles de drogas u otros) como externas. Estas leyes suelen incluir medidas como la vigilancia masiva, la detención preventiva y la ampliación de los poderes de las fuerzas del orden y las agencias de inteligencia. Una característica común de las leyes antiterroristas es la ampliación de la capacidad de vigilancia del Estado. Esto puede incluir la interceptación de comunicaciones, la recopilación de datos de los ciudadanos y el uso de tecnologías avanzadas para monitorear actividades sospechosas. Por ejemplo, la Ley Patriota (Patriot Act) de Estados Unidos, promulgada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, permitió una expansión significativa de la vigilancia gubernamental, reduciendo las restricciones legales para la interceptación de comunicaciones.

Otra medida clave en muchas leyes antiterroristas es la detención preventiva. Este tipo de detención permite a las autoridades mantener a sospechosos bajo custodia sin cargos formales por períodos más largos que los permitidos en circunstancias normales. Por ejemplo, en el Reino Unido, la Ley Antiterrorista de 2006 permite la detención sin cargos por hasta 28 días, lo cual es considerablemente más largo que el límite estándar de 48 horas para sospechosos de crímenes comunes. Las leyes contra el terrorismo también suelen incluir el endurecimiento de las penas para los delitos relacionados. Esto puede abarcar desde la ampliación de las sentencias de prisión hasta la introducción de nuevas categorías de delitos específicamente relacionados con el terrorismo, como la financiación del terrorismo o la incitación al terrorismo.

El principal aspecto de la ley contra el terrorismo es que proporciona a los gobiernos y las agencias de seguridad herramientas eficaces para enfrentar las amenazas. Pero ¿Cuál es la respuesta apropiada ante estos peligros?

Equilibrio entre marcos legales

Pero lo que una vez fue una serie de medidas aceptadas llegaron hasta tal punto que empezaron a enfrentarse a otros derechos y leyes: como aquellas contra la fuerza excesiva, diseñadas para prevenir el abuso de poder por parte de las autoridades y garantizar que el uso de la fuerza sea proporcional, necesario y legal. Estas leyes son fundamentales para la protección de los derechos humanos y para mantener la confianza pública en las instituciones de seguridad. Una característica clave de estas leyes es la regulación estricta del uso de la fuerza. Esto incluye normas claras sobre cuándo y cómo se puede usar la fuerza, así como la prohibición de ciertos métodos considerados excesivos o inhumanos. Por ejemplo, la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas prohíbe la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Las leyes contra la fuerza excesiva también establecen mecanismos para investigar y sancionar casos de abuso. Esto puede incluir la creación de órganos independientes encargados de supervisar las actividades de las fuerzas del orden y garantizar que se respeten los derechos humanos. Además, se promueve la rendición de cuentas a través de procedimientos legales que permiten a las víctimas de abusos buscar justicia. Las directrices sobre el uso de la fuerza de la ONU establecen principios básicos para los cuerpos de seguridad, que enfatizan la necesidad de que el uso de la fuerza sea proporcional, necesario y en conformidad con los derechos humanos.

Esto pone a toda sociedad que busca combatir la violencia en un conflicto interno, el cual se basa en una sola pregunta: ¿Cuál es la respuesta apropiada? Sí los esfuerzos de la gente encargada son muy pobres no podrán hacer nada antes de que se pierdan miles de vidas, pero sí la respuesta es excesiva lo único que creará será terror y resentimiento contra las fuerzas locales, lo que irónicamente puede terminar ayudando a quienes ejercen este tipo de actos violentos.

El equilibrio entre ambos marcos legales, entre los derechos humanos y la seguridad social, no es fácil de conseguir. Casos como los de Edward Snowden antiguo miembro de la CIA, que el año 2013 reveló entre otros documentos, pruebas de programas de vigilancia masiva en USA, caso que aún se debate si es una irrupción en seguridad nacional de eses Estado, o derecho del público a conocer estas intromisiones en su vida privada.

Pero por lejos el elemento más complejo de este tema es el hecho de que no hay una respuesta aplicable a todos los casos y muchas veces la correcta solución sólo puede analizarse posterior a los eventos, con consecuentes pérdidas de vida, materiales y terror social.

Lo más probable es que cada persona tenga una postura, en un tema tan delicado y con tanto impacto social como este. Pero para tener una solución es muy importante tratar de encontrar un justo equilibrio, que cuando hay violencia, vidas humanas y pérdidas materiales de por medio es difícil de comprender y de proteger.

Hay miles de ejemplos en la historia acerca del debate entre ambas leyes, y el hecho de que no se haya resuelto solo indica que tan complejo es el problema.

Este no es un problema con una solución mágica, aun queda por ver sí tiene una respuesta pero es necesario enfrentar el problema con el conocimiento de que, cualquier solución que encontremos, deberá enfrentarse a situaciones que la pondrán a prueba.

 


Las ventajas y desventajas de la apuesta laboral de cuatro días

Disponibilidad y productividad


La implementación de la nueva ley en Chile que reduce el trabajo semanal de 45 a 40 horas está presentando  desafíos de lo más variado. Una de las posibilidades más interesantes y anheladas por quienes trabajan con contrato laboral es la transición de cinco días laborales a cuatro. Esta medida tiene como objetivo proporcionar más tiempo libre, mejorar el bienestar y aumentar la productividad en el lugar de trabajo. Sin embargo, su puesta en marcha implica una enorme cantidad de problemas, especialmente en lo que respecta a productividad y cumplimiento de compromisos y metas y un potencial riesgo que podría impactar de forma negativa a quienes trabajan con plazos y por horas, como es el caso de los abogados y que requieren flexibilidad.

Es una apuesta arriesgada, ya que nunca se ha intentado implementar una ley eliminando un día completo de trabajo en la semana….Con la reciente aprobación e implementación gradual de la ley de las 40 horas en Chile, las empresas y oficinas de abogados, tendrán la opción de optar por un horario laboral de 4×3, en el cual los profesionales tendrán que trabajar más tiempo de lunes a jueves, pero a cambio tendrán 3 días libres seguidos, con todos los problemas y beneficios que eso implica. 

Esto plantea varias interrogantes, como ¿los clientes contratarán abogados con quienes no cuentan un día a la semana? ¿Las empresas pueden darse el lujo de no ser productivas durante un día completo y es posible compensar esa productividad y presencia profesional?

Este tipo de implementación puede mejorar aspectos como la calidad de vida y consecuente fidelidad de los profesionales con sus lugares de trabajo. Esto en teoría también llevaría a incrementar aspectos como la productividad, la rentabilidad, y el bienestar de los profesionales. 

Esta forma de trabajo, permite mayor tiempo personal que puede ser invertido por los abogados en especialización e investigación que ayuden a desarrollar a la persona en su trabajo y como consecuencia a la empresa u oficina en la que trabajan. Además el mayor equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y a otras actividades, evita una serie de problemas relacionados al estrés y calidad de vida tales como el ausentismo laboral o problemas de salud mental y físico, entre otros. Adicionalmente puede apoyar a los abogados que busquen flexibilizar su profesión, ya que les permite el tiempo para expandir sus habilidades. Además, tanto para empresas como para oficinas de abogados el tener otro día sin actividad, significa ahorros significativos en comparación con tener turnos que implican un funcionamiento permanente.

La ley de las 40 horas se va a implementar oficialmente en el año 2028, este retraso se realizo para que las empresas se puedan adaptar. La pregunta es: ¿Pueden?

Experimentando con una realidad futura

Sin embargo, esta medida evidentemente presenta desafíos. La reducción de la jornada en un 12 % es una baja significativa en la cantidad de horas disponibles para la realización de tareas y proyectos, lo que requiere una reorganización significativa de las operaciones y la gestión del tiempo. 

Además señalan que cambiar a una semana laboral comprimida puede ser difícil de implementar y requerir ajustes significativos en las operaciones comerciales y la planificación de horarios. Esto puede llevar tiempo y recursos, especialmente para las empresas  y servicios con operaciones complejas o con necesidades de atención al cliente durante los días libres. Solo aceptar y organizar este sistema de trabajo requiere inversión financiera, administrativa y tecnológica que apoye a la empresa durante los días libres y en la coordinación, una inversión que muchas oficinas no pueden o simplemente no están dispuestas a arriesgarse por un proceso experimental.

Por otro lado y para no impactar la facturación por hora, régimen tan común en el trabajo de los abogados y lograr cumplir con los plazos, deberán ser capaces de comprimir en cuatro días aquello que hoy hacen en cinco. Trabajar jornadas más largas durante cuatro días consecutivos puede provocar fatiga laboral y agotamiento en algunos empleados, especialmente si no tienen la capacidad de gestionar eficazmente su carga de trabajo durante esos días.

Los detractores también argumentan que reducir los días de trabajo puede significar una menor disponibilidad para los clientes, lo que podría afectar la satisfacción del cliente y la retención. Por último tener tres días libres puede ser beneficioso para pasar tiempo con la familia, pero  también podría causar conflictos si los miembros de la familia tienen horarios diferentes o si la empresa u oficina requiere que los profesionales trabajen horas adicionales durante esos días.

Sin embargo esto no quiere decir que los estudios están rechazando el nuevo modelo…. Por ejemplo hay casos como los del estudio Mazars que están activamente tratando de crear un plan para que los abogados trabajen solo 4 días y compensen en los cuatro días las horas que se necesitan de ellos para mantener su productividad y relación con los clientes También hay estudios como DLA Piper quienes tienen áreas para las que están considerando la medida y cómo podría impactar su productividad. Pero estos dos estudios están en la minoría, son pocas las firmas que están dispuestas a considerar adoptar el modelo.

La implementación de una semana laboral de 40 horas en cuatro días con tres días libres puede tener varios beneficios potenciales, como un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal y un aumento de la productividad. Sin embargo, las dificultades de implementación y posibles impactos en la disponibilidad para los clientes y en su retención para servicios como lo son los legales son aún difíciles de sopesar. Cada empresa y oficina de abogados debe evaluar cuidadosamente estos factores antes de decidir si esta estructura de trabajo es adecuada para ellos. Si se podrá generalizar y ser exitosa sólo el futuro lo dirá.

Algunos estudios están estudiando como se pueden adaptar a la ley de 40 horas... Pero no son muchos.

¿Pueden los estudios adaptarse a la ley de las 40 horas? Incluso con las nuevas tecnologías a nuestra disposición es una pregunta sin una respuesta clara.

 


¿Son la inmediatez y la construcción de una carrera profesional compatibles?

Expectativas rápidas


El de hoy es un mundo vertiginoso, sin lugar a dudas. La tecnología que tantos avances y facilidades ha traído también ha transformado a las nuevas generaciones en personas acostumbradas a la inmediatez de respuesta, de acceso a información, resultados en la vida personal y laboral, y en todo aspecto posible. Los nuevos profesionales están acostumbrados a trabajar de manera rápida y conseguir resultados con velocidad similar, expuestos además a ejemplos de éxitos profesionales meteóricos a corta edad, relacionados con este enorme desarrollo  tecnológico, como los de los “influencers”, el desarrollo de aplicaciones móviles, emprendimientos en tecnología Blockchain y criptomonedas, entre otros. Todos casos en que los profesionales involucrados son dueños, socios y ganan enormes sumas en poco tiempo.

Por otro lado, las nuevas generaciones valoran cada vez más, la calidad de vida y las habilidades blandas, por sobre el conocimiento disciplinar duro y el tiempo de calidad, para poder combinar sus carreras profesionales con tiempo familiar, para deportes y/o hobbies, etc.

Esto evidentemente choca con el desarrollo de una carrera profesional como el Derecho, donde la tradición es la de partir desde la base construyendo con muchas horas de trabajo y dedicación una carrera profesional basada en la adquisición de conocimientos y experiencias, antes del éxito personal y el tiempo libre…

¿Es entonces posible llevar esta inmediatez y exigencias de tiempo personal, al desarrollo de una carrera profesional? ¿En especial en carreras como el Derecho o la Medicina donde la experiencia es esencial para manejar y utilizar información y situaciones que afectan la vida y destinos de personas?  

Es natural que en una sociedad que acostumbra a la gente desde muy jóven a conseguir resultados de manera rápida y efectiva ellos se formen expectativas de cómo su evolución profesional va a ser. Pero en razón a las exigencias y responsabilidades, esta inmediatez, puede ser un arma de doble filo, en especial en la relación de los jóvenes profesionales y las necesidades de sus clientes y empleadores.

Pues la inmediatez no es una moneda con una cara, y las expectativas no son una calle de una dirección. Para entender la inmediatez debemos analizarla desde ambos puntos de vista ya que los dos afectan la manera en que los abogados y sus necesidades laborales interactúan.

Por un lado tenemos a las expectativas de los estudiantes, de acuerdo con el informe Gen-Z: Now Influencing Today’s Law Firm Culture, elaborado por la consultora estadounidense Mayor, Lindsey & Africa, el 39% de los estudiantes de Derecho y el 30% de los abogados jóvenes buscan trabajar en firmas con una gran reputación. Esto es perfectamente razonable, pero los problemas empiezan a aparecer cuando la realidad de los sueldos va en consecuencia con la experiencia y para los nuevos profesionales sigue siendo el factor más relevante al momento de elegir un trabajo. Esto, combinado con las nuevas demandas por parte de los estudiantes de mayor disponibilidad de horas libres, frecuentemente resulta en que los jóvenes empiezan a rechazar, o ser rechazados, por estos estudios, debido a que no pueden llegar a un acuerdo.

Desde el momento en que aprendemos como leer y escribir herramientas como Google nos da acceso a información ilimitada lo que crea expectativas desde una edad temprana

Las dos caras de la moneda

El estudio de Mayor, Lindsey & Africa también explica que es esta confrontación entre los valores actuales de los profesionales y las firmas, lo que está causando que varios abogados jóvenes renuncien a sus trabajos. De acuerdo a sus investigaciones un 25% de los abogados que renuncian lo hacen debido a que no aceptan la enorme cantidad de horas de trabajo que se espera de ellos. Aunque el exceso de horario puede ser un problema, los otros porcentajes muestran una diferencia significativa entre las expectativas de estos abogados y la forma en que se trabaja en los estudios. Un 12% de los abogados deciden renunciar porque su trabajo no cambio a una modalidad híbrida, un 9% porque no había teletrabajo, un 21% comentó que ya no se alineaba con sus objetivos personales, un 17% sintieron que su empresa y/o estudio ya no se alineaba con sus valores y un 10% renunciaron porque sentían que había una falta de diversidad.

El mismo estudio indica que muchos estudiantes y/o abogados jóvenes no están interesados en cómo trabajar en firmas grandes apoyaría su Currículum, sino que creen que trabajar en estos lugares significa mejor sueldo y más beneficios. Aún con este dato, el informe indica que seis de cada diez estudiantes de Derecho o jóvenes abogados dicen que estarían dispuestos a reducir sus sueldos por más tiempo para ellos mismos o mayor flexibilidad en la organización de su trabajo.

Pero no es solamente un tema de los estudiantes y abogados, la inmediatez y necesidad de tiempo es una consecuencia de este mundo vertiginoso combinado con la eficiencia de las herramientas tecnológicas, incluyendo a internet, y esto ha afectado también a las empresas y a los estudios y produce choques con la manera de enfrentar y compatibilizar estas necesidades y expectativas de ambos lados.

Por otro lado, la inmediatez también ha producido expectativas enormes de rendimiento por parte de los empleadores. Esta presión por resultados instantáneos puede generar estrés y ansiedad entre los abogados jóvenes, llevándolos a sacrificar la calidad del trabajo en aras de la eficiencia. Además, la necesidad de resultados rápidos en responsabilidades nuevas puede causar que los abogados jóvenes tomen decisiones precipitadas o cometan errores costosos debido a su falta de experiencia. La falta de lo que un artículo en ELLE Magazine llama “tiempo muerto”, lo que describen como el tiempo que se toman para analizar el problema y conseguir una mejor solución, también afecta la calidad de su trabajo.

Uno de los ejemplos más notorios de cómo la inmediatez ha cambiado el ambiente laboral es el trabajo online, aunque sea algo deseado por los jóvenes profesionales. Este cambio ha llevado a que la separación entre las horas de trabajo y las horas de descanso se vuelvan borrosas, lo que ha causado no poco estrés, problemas psicológicos y conflictos entre colegas. Adicionalmente, la dependencia excesiva de la comunicación digital también puede dificultar la construcción de relaciones significativas con clientes y colegas, lo que a su vez puede afectar la calidad del servicio prestado.

Vivimos en un mundo y sociedad vertiginosos y acostumbrado a la inmediatez. Las noticias, que solían estar programadas en la mañana, al mediodía y a la noche, ahora están transmitiendo a todas horas. y la población crece y el número de profesionales y de competencia también. Esta realidad y consecuente presión por resultados, se ha traducido también para los empleadores en mayores demandas a sus profesionales, lo que empeora los problemas con las nuevas generaciones y sus expectativas. El cambio de forma y fondo de los jóvenes, es evidentemente uno que está produciendo cambios en el desarrollo de las carreras, pero que también debe adaptar sus expectativas, para no perder calidad y relevancia en su quehacer y resultados. 

Los profesionales jóvenes demandan beneficios y las empresas demandan responsabilidades debido a las expectativas de la inmediatez

Aunque la inmediatez causa problemas, no es por sí misma un problema. Es una situación, el resultado de la adaptación a muchas herramientas que ayudan a todos los ámbitos laborales.  Es por esto que también es necesario adaptar lo que esperamos de otros y mantener el equilibrio entre nuestros deberes y derechos.

 


Invirtiendo en el futuro: la necesidad de actualización constante en los abogados

Actualización ante innovación


El desarrollo tecnológico y acceso a productos, la globalización y el establecimiento de nuevos tipos de relaciones interpersonales, el enorme crecimiento poblacional, el cambio climático, la evolución de las plataformas y el mundo digital (a estas alturas universo más bien), han producido como consecuencia cambios grandes en los ámbitos laborales de muchas profesiones, e incluso el nacimiento de nuevas y la decadencia de otras. Este hecho ha sido lentamente tomado por universidades y mercados, dejando a los profesionales ya recibidos, con una necesidad indiscutible a estas alturas de constante aprendizaje de nuevas habilidades blandas y duras.

Superar estas dificultades para una gran masa de profesionales ya educados en un sistema que no pertenecía a la actual realidad que evoluciona exponencialmente  en todas las áreas requiere mucha autodeterminación. 

Sin duda dentro de los top ten de quienes requieren de esta actualización continua están los abogados, debido a la gran importancia que tiene en su carrera las tradiciones, la concentración de conocimientos específicos y el poco trabajo multidisciplinario, propio de su ejercicio. Es por esto que este mundo que evoluciona requiere de ellos un enfoque proactivo para el desarrollo profesional, que puede incluir la búsqueda de oportunidades de aprendizaje adicionales, la participación en programas de desarrollo de habilidades y la búsqueda de experiencias laborales que fomenten la adaptabilidad e innovación.

Este proceso de actualización se puede observar en todos los ámbitos laborales, por ejemplo los doctores deben mantenerse actualizados acerca del ámbito de la tecnología para entender qué máquinas o nuevos productos pueden apoyar sus procesos de diagnóstico e intervención y/o el mundo de la ingeniería y arquitectura que requiere de constante evolución en programas de representación cada vez más sofisticados, para el desarrollo y puesta en marcha de los proyectos, nuevos materiales y el impacto ambiental de su quehacer, que hace veinte años casi no era tema y hoy los regula en forma cada vez más limitante para los anteriores estándares.

No son solamente los abogados, todas las profesiones se han visto forzadas a adaptarse a las nuevas posibilidades que ofrece la sociedad.

Desde el espacio hasta la computadora

¿Cómo actualizar conocimientos para el ejercicio del derecho en esta constante y dramática evolución? 

La respuesta está sin duda en el cuidado permanente de las habilidades duras y blandas que le permitan adaptarse a las necesidades de sus clientes o la búsqueda de nuevos mercados dentro de su especialidad. 

En esta búsqueda son estratégicas la incorporación y trabajo en conjunto con nuevas áreas y conocimientos legales, aspecto crucial de la diversificación de habilidades para los abogados. Algunas de estas áreas son tecnológicas, como la ciberseguridad o los nuevos casos alrededor de la inteligencia artificial. Otras implican un ambiente menos ortodojo, tales como los abogados espaciales o los abogados en el metaverso, pero todas requieren que mantengan al día la relación de sus conocimientos con estos nuevos ambientes y tecnologías. La capacidad de aprender y adaptarse rápidamente a los cambios en la legislación y la tecnología es esencial para mantenerse relevante en la profesión legal y ofrecer un asesoramiento jurídico actualizado y eficaz a los clientes.

Asimismo aspectos como la digitalización creciente en el campo legal, obliga a los abogados a estar familiarizados con las herramientas y software legales, así como con la gestión de datos y la ciberseguridad. Además con el aumento de la cantidad de información disponible, la capacidad de analizar datos legales para extraer insights y apoyar la toma de decisiones es cada vez más importante.

El desarrollo de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la blockchain, los desafía a comprender cómo estas tecnologías afectan al derecho y cómo pueden aplicarse en diferentes áreas legales.

Además de los cambios tecnológicos, la globalización también ha impactado significativamente en la profesión legal. En un mundo interconectado, los abogados se enfrentan a desafíos legales transfronterizos y deben estar preparados para trabajar en entornos multiculturales. La colaboración con profesionales de otras empresas y/o gobiernos en temas comunes también implica que tengan que trabajar con abogados de otras disciplinas, como en tecnología, finanzas o ciencias sociales, de forma cada vez más común para abordar problemas legales complejos que requieren un enfoque multidisciplinario. 

Esta misma necesidad de actualización continua se aplica a las habilidades blandas, que como vimos anteriormente, son cada vez más necesarias para sobresalir en el ámbito legal moderno y diferenciarse de herramientas como la inteligencia artificial. La comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el pensamiento crítico son habilidades fundamentales para establecer relaciones sólidas con los clientes, negociar acuerdos y resolver conflictos de manera eficiente. Estas habilidades no sólo mejoran la calidad del servicio legal, sino que también apoyan el desarrollo e integración de la carrera legal en el mercado, marcado por apoyos tecnológicos tendientes a hacer desaparecer la importancia de la gestión humana.

La sociedad está evolucionando constantemente y con este avance vienen nuevas posibilidades y por lo tanto nuevas responsabilidades, la diversificación de habilidades es fundamental para los abogados que desean prosperar en un entorno legal en constante cambio. La capacidad de adaptarse a los avances tecnológicos, la globalización y a la constante demanda de nuevas habilidades no sólo es esencial para mantener la relevancia en la profesión, sino también para brindar un servicio legal de calidad y satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes. Los abogados que invierten en el desarrollo de nuevas habilidades estarán mejor posicionados para enfrentar los desafíos del futuro y aprovechar las oportunidades que ofrece un mundo que se hace cada vez más complejo.

Cosas que se hubieran considerado ciencia ficción son una realidad actual y por lo tanto los abogados tienen la oportunidad de trabajar en cosas que antes hubieran sido sueños.

Desde el universo hasta el espacio virtual, lo que se considera posible hoy es muy distinto a lo que era posible ayer, y lo más probable es que lo que sea posible mañana será muy diferente a las posibilidades de hoy. Es por esto que uno siempre debe estar abierto a aprender y adaptarse a la sociedad.