Inglés y LLM, Especialización y Posgrado
Una conexión crucial
Hablamos anteriormente acerca de los beneficios de estudiar un Máster en Leyes, también conocido como LLM. También hablamos de la importancia del inglés para un abogado y cuántas puertas puede abrir en su ambiente laboral. De lo que no hemos hablado, es de la conexión que existe entre estos dos temas, el inglés y el posgrado. Varios estudiantes de países no anglófonos, que deciden tomar el siguiente paso en su educación en un país de habla inglesa, lo hacen específicamente porque ese título demuestra dos cosas muy valoradas en el mercado laboral hoy en día: Prueba que un abogado domina el inglés técnico necesario y les certifica un conocimiento de la cultura anglosajona y del Derecho Común.
Ahora bien, para elegir el mejor LLM para cada profesional, debe estudiar bien cuáles son los programas más prestigiosos en el mundo para sacar lo mejor de la experiencia y la especialidad que quiere abordar.
Para ayudar a esta elección hay instituciones que se han dedicado a ordenar y clasificar la información y la ponen al servicio de sus usuarios. Tal es el caso de Keystone LawStudies, que da información sobre más de 10.000 programas, divididos en los mejores rankeados, los lugares y ciudades más solicitadas para estudiarlos y los temas y campos que abordan.
En un sitio especializado en LLM, por otro lado, aparece el listado en agosto de este año con los LLM preferidos en el mundo y de inmediato salta un dato relevante. De los 50 primeros, 40 están ubicados entre EE. UU., Reino Unido, y Canadá.
Es por esto por lo que en países que no hablan inglés, están conectados la voluntad de hacer un Máster in Law y la necesidad de hablar bien inglés o de aprenderlo, ya sea por que quieren estudiar en el extranjero y aprovechar las ferias de trabajo, o porque algunos de sus LLMs se estudian en inglés tal como el caso de Alemania.
En Latinoamérica, una vez que un abogado define Universidad y tema de especialización, debe averiguar cuáles son los requisitos y todos deben pasar el primer obstáculo, si el programa elegido es de habla inglesa: Las pruebas estandarizadas de inglés, en su versión académica.
Hay muchos tipos de pruebas de inglés, pero las dos más reconocidas en el mundo son el Test of English as a Foreign Language (TOEFL) y el International English Language Testing System (IELTS). Las dos pruebas se enfocan en acreditar para la institución receptora, que quien la realiza y alcanza el puntaje requerido, puede estudiar y trabajar en inglés. En el caso de la segunda, IELTS, tiene pruebas con versiones académica y general, en el caso del TOEFL es la misma prueba para los dos ámbitos: profesional y académico.
Para estudiar entonces, hay que poder obtener un buen puntaje en la prueba seleccionada: para los abogados en la mayoría de los casos, se exige 100 sobre un máximo de 120 en el TOEFL y 7 sobre 9 en el IELTS. Cada una de ellas es requisito en Universidades de continentes diferentes, y, como regla general, las universidades mantienen la preferencia por la prueba desarrollada en los países que les corresponde:
- El TOEFL se enfoca en el idioma académico, para asegurarse que la persona que lo tome sea capaz de entender el lenguaje técnico, ya sea en su estudio o en su carrera. Fue creada por y es la prueba mayormente aceptada en Estados Unidos.
- El IELTS se enfoca en el lenguaje académico y/o general (dependiendo de la versión elegida), para garantizar que las personas que lo tomen puedan estudiar y aclimatarse en los lugares a los que van a viajar, sin importar el país específico. Es la prueba mayormente aceptada en Europa y el Commonwealth.
Las dos pruebas de inglés más conocidas en Latinoamérica son el TOEFL y el IELTS
La decisión de las firmas
Dada la dificultad de las pruebas el proceso de prepararse no puede hacerse solo. Muchos de los abogados que respondieron nuestra reciente encuesta prefirieron un profesor particular y, tanto los que tenían una buena base idiomática como los que no, tuvieron éxito en obtener los puntajes que necesitaban. Por otro lado, hay quienes prefieren los cursos en academias e incluso estudiar inglés, en países anglófonos por un período determinado, que normalmente va de tres a seis meses. Esta tercera alternativa es sin lugar a duda la que genera mayor grado de éxito de aprendizaje, pero también la más costosa y difícil de realizar por tiempo y compromisos involucrados. De hecho, puede ir entre los 650 y los 800 dólares semanales, alojamiento incluido y en versión full time.
Además del valor y el tiempo que se debe dedicar al aprendizaje del inglés, hay que agregar el valor de las pruebas. Tomar un TOEFL cuesta hasta 240 dólares, mientras que IELTS puede alcanzar los 300 dólares, dependiendo de la modalidad en que se realice. La más cara en ambas pruebas, es la “paper based” donde la prueba se realiza a mano, mientras un poco más barata es la modalidad “computer based” que se realiza también presencial pero frente a un computador. Las modalidades online, son cada vez menos usadas, por exigencias de las Universidades con la excepción de una de las pruebas más recientes, la de Duolingo que, aunque no tiene la misma reputación que los dos anteriores, es menos costosa y es aceptada por varias instituciones.
Esto puede parecer mucho tiempo, esfuerzo y recursos en la preparación para un posgrado y desanimar a quienes estén pensando en hacerlo, pero, muy por el contrario, el inglés y su preparación son en sí mismos un escalón importante en una carrera profesional y que reditúa aún antes y en forma independiente del LLM.
El inglés debería entenderse como una primera forma de especialización, general, cada vez más necesaria y que bien asumida, abre muchas puertas y posibilidades profesionales y de desarrollo personal, acceso mayor a información y sin duda al mundo de posibilidades de una especialización más específica y profunda como un postgrado.
La preparación de esta especialización idiomática requiere tiempo, esfuerzo y determinación, pero al entenderse no sólo como un paso sino como una puerta de acceso, vale la pena abrir todas las posibilidades que conlleva. Hay que preguntarse: ¿Cuál es mi nivel de inglés base? ¿Necesito ayuda para mejorar mi inglés? ¿Cómo planifico mi inversión financiera en esta etapa? ¿Cuánto tiempo y recursos puedo y estoy dispuesto a invertir en este proceso?
Un LLM en inglés entonces, para los países hispanoparlantes como los nuestros, implica una doble especialización y debe ser asumida como tal. Pero ambas traen beneficios y hacen destacarse a los profesionales que entienden la importancia y están dispuestos a navegar este primer paso en su viaje para poder acceder al segundo.
La preparación de esta especialización idiomática requiere tiempo, esfuerzo y determinación pero vale la pena abrir todas las posibilidades que conlleva.
Pasar el test de inglés es solo el primer paso para conseguir un LLM, pero el resto del viaje tendra que ser discutido en otra ocasión....