La Ley Karin: un nuevo marco para la confianza y la seguridad laboral

Reconociendo un problema antiguo


De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la definición de acoso laboral es:

“Una forma de acoso psicológico que consiste en el hostigamiento a través de acciones vindicativas, crueles o maliciosas para humillar o desestabilizar a un individuo o a un grupo de empleados”

 En cuanto al acoso sexual define lo siguiente:

“…es un comportamiento en función del sexo, de carácter desagradable y ofensivo para la persona que lo sufre. Para que sea acoso sexual es necesaria la confluencia de ambos aspectos negativos”

El abuso, violencia y acoso en el entorno laboral representan un desafío constante y significativo para las empresas a nivel global. Ignorar, no prevenir y no actuar ante conductas inapropiadas e ilegales en el trabajo provoca desconfianza en trabajadores y empleados, afectando negativamente al ambiente y resultados de cualquier empresa.

En años recientes, ha crecido la conciencia social y como nunca antes el debate sobre la existencia de “comportamientos y prácticas inaceptables” (OIT) se ha hecho público con apoyo de redes sociales y comunicación global. De hecho la OIT puso a disposición de cualquier empresa u organización social una guía práctica para violencia y acoso en el trabajo, lo que junto con las diversas leyes laborales puede servir de marco para un problema, cada vez más complicado y con mayor cantidad de aristas y tan importante para el bienestar de toda persona en un lugar en el que está alrededor del 30% de las horas de su semana.

Se dice que la primera huelga laboral de la historia registrada fue en el siglo XII a.C., en el antiguo Egipto contra el faraón Ramses III, durante la construcción de su tumba, debido a la falta de provisión a los trabajadores, de comida y condiciones básicas. Aún en una época con desigualdades sociales gigantescas, eso era un tema en casos extremos. Con la revolución industrial, las organizaciones de trabajadores y empleados cobraron poder y exigencias como limitar el trabajo a ocho horas diarias realizada inicialmente por la “Revuelta de Haymarket” (EE.UU.- 1876), o hechos que influyeron en la revolución Bolchevique en Rusia (1917), como la protesta masiva de trabajadores por mejores condiciones laborales en 1905. En Brasil, en la década de los 70, son famosas las protestas masivas de los trabajadores metalúrgicos por mejoras salariales. 

Todas esas organizaciones, sindicatos, etc, consiguieron enormes avances por derechos de los trabajadores y para limitar el abuso en las condiciones laborales.

Pero hoy ha habido una serie de cambios en forma y fondo para y por la forma de abordar este tipo de problemas. Probablemente el cambio contemporáneo más fuerte en este aspecto es el cambio de foco. Porque la discusión ha pasado en los últimos años de necesidades y problemas grupales a individuales. El mejor y más conocido ejemplo es el de Tarana Burke, una activista y sobreviviente de abuso sexual, que en 2006 acuñó la frase “Me Too” cuando compartió sus experiencias en MySpace, iniciando los eventos que culminarían en el movimiento #MeToo en 2017, que se constituiría en la mayor campaña hasta la fecha de concienciación contra el abuso y acoso sexual a mujeres y la cultura de abuso de personas en posiciones de poder sobre sus empleados, como condiciones específicas y generalizadas.

La primera huelga de la historia fue contra el faraón Ramsés III lo que resulto profético, si incluso una figura divina podía ser desafiada de tal manera, las futuras autoridades también se enfrentarían a las necesidades del pueblo

Desde el #MeToo hasta la Ley Karin

Debido al movimiento #MeToo se ha creado una gran conciencia sobre el problema del abuso de poder en el lugar de trabajo, lo que ha llevado no sólo a parar y castigar situaciones como esas, sino que a la promulgación de muchas leyes para darles marco legal, desde la perspectiva del individuo. En esa misma línea el Gobierno chileno implementará la Ley N°21.643, también conocida como la Ley Karin, nombrada en honor a Karin Salgado, quien se suicidó producto de este tipo de abuso. Esta ley dará un nuevo marco de apoyo y protección a personas que sufren acoso laboral en Chile y pretende prevenir este tipo de situaciones en mayor medida, introduciendo una serie de cambios.

Aborda la prevención, investigación y sanción de la violencia y abuso a personas en su empleo. Una de sus principales exigencias es la existencia de protocolos en todo lugar de trabajo, no importando tamaño ni número de empleados, sobre el tema. Estos protocolos deben dar pautas y mecanismos claros que permitan la identificación de riesgos, la capacitación continua a los trabajadores, procedimientos de denuncia y procesos de investigación que sean imparciales, confidenciales y se realicen con celeridad.

La ley protege los derechos de los denunciantes, exigiendo procedimientos de protección a las víctimas y atención oportuna en ámbitos legales, psicológicos y otros necesarios para enfrentar un proceso de buena manera.

Por otro lado da seguridad a los denunciados, garantizando un debido proceso, justo con capacidad de presentar su versión y defenderse en forma adecuada y por supuesto y en coherencia con la ley general, debe considerarse inocente hasta que se pruebe lo contrario.

En este plano y en cuanto a su puesta en marcha, Claudio Reyes, subsecretario de Previsión Social, afirma que la razón por la cual tanto el denunciante como la persona denunciada no son anónimos es para prevenir el abuso de esta ley y evitar las denuncias falsas, advirtiendo que: “Si alguien quiere presentar una denuncia con el único propósito de causar daño, también será objeto de sanción”.

El cambio de foco de derechos laborales grupales que afectan a cada persona,  al de abordar casos netamente individuales y únicos con impactos genéricos, es un gran paso en pos del bienestar de cada uno de los empleados, como lo está haciendo la Ley Karin, que aborda la protección con este punto de vista. Es por lo mismo un gran cambio en la cultura de las relaciones laborales y amplía el rango y abanico de casos y situaciones, lo que será un cambio también para los abogados laboralistas que los abordan. Pero todo cambio importante conlleva este tipo de incertezas y los profesionales de la ley, trabajadores y empleadores, deben colaborar para que sea un éxito en pos de un ambiente laboral más seguro, garante de la dignidad individual y libre de acoso y violencia.

Movimientos como #MeToo han sido vitales para traer a la luz problemas en el ámbito laboral

Es normal que una persona desarrolle relaciones con otras cuando trabajan en una comunidad pero siempre se debe tener claro que hay limites que se deben aplicar, sin importar la autoridad que el trabajo otorgue. 

 


El Juez: El actor imparcial

Los tres actores


Cuando uno describe un caso legal, se puede argumentar que su estructura es similar al antiguo teatro griego. En los días de la Antigua Grecia, una obra sólo necesitaba cuatro elementos: tres actores, ni más ni menos, que representarán ciertas escenas usando máscaras y un coro que proporciona información vital. Es muy diferente de cómo lo hacemos hoy en día, pero también es sorprendente lo similar que es a los casos judiciales modernos.

Obviamente, no es una comparación exacta, pero las similitudes están ahí. Hay tres actores clave en un juicio: el juez, el abogado y el fiscal. Hay información de fondo que necesita ser presentada, el delito en cuestión y si el acusado es culpable o inocente, y hay un coro en forma de una variedad de testimonios, pruebas y otros elementos. Pero hay una diferencia clave aquí: los tres “actores” no son ajenos a este procedimiento, ni usan máscaras para ocultar su identidad, desde el momento en que entran en la sala del tribunal son parte de la historia y su relación entre ellos importa mucho.

Siempre hay una relación adversarial en el centro de las interacciones entre un abogado y un fiscal, esto es natural. Uno debe hacer lo mejor posible para probar que su cliente es inocente, y el otro debe hacer lo mismo para probar que es culpable, por lo que se espera un grado de rivalidad. Eso nos deja con la tercera persona en este trío, y la que tiene las mayores responsabilidades: el juez.

Un juez, por la naturaleza misma de sus deberes, debe ser imparcial, ya que son ellos los que no solo manejan la sentencia, sino que también regulan al abogado y al fiscal si actúan de manera injusta y tienen una serie de poderes autoritarios dentro de la sala del tribunal. Es precisamente porque tienen mayores poderes y responsabilidades que se espera más de ellos y de lo que tienen que hacer en un juicio tras otro.

Las obras en la Antigua Grecia eran una oportunidad para formar opiniones sobre aspectos de la sociedad...

Las expectativas para un actor imparcial

Pero, ¿cuáles son estas expectativas? Según Óscar Fernández León, Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, hay varios elementos que se esperan de un juez para que la relación entre ellos y los abogados funcione eficientemente:

La primera y más importante expectativa para un juez es que esté informado, se espera que cada juez esté bien informado sobre los casos que lleva, para tener una imagen lo más completa posible de las circunstancias y posibles complicaciones del caso, lo que también significa que son capaces de resolver cualquier trámite procesal establecido de manera imparcial.

La segunda expectativa de un juez es su atención, manteniendo una actitud de atención plena y escucha activa durante la intervención de los letrados, para que puedan intervenir de manera asertiva cuando los abogados o los fiscales están mal usando argumentos, desviándose de su argumento o en cualquier otro caso que pueda inclinar injustamente la conclusión a favor de uno u otro a través de métodos ilícitos.

Y finalmente, la tercera expectativa, según Óscar Fernández León, es su actitud. Se espera que un juez sea firme en la sala del tribunal, para mantener la autoridad y asegurar que todos los procedimientos se realicen correctamente, pero también se espera que coordine y se comunique con los letrados de manera cordial y respetuosa para promover un procedimiento paciente y racional incluso en circunstancias estresantes.

Estos tres factores clave son necesarios para mantener una relación eficiente con los diversos abogados con los que los jueces interactúan en un juicio tras otro e incluso día a día. Se espera que cada abogado, independientemente de si es el defensor o el fiscal, descubra todas las pruebas y argumentos posibles para obtener el resultado que desean, por lo que algunos abogados utilizarán cualquier estrategia que sientan que pueden salirse con la suya, lo que significa que la necesidad de la intervención del juez es muy importante.

Estar bien informado, mantener tanto su atención como una actitud paciente y diligente frente a miles de juicios no es poca cosa para pedir a alguien, puede que sea imposible, pero en esta era de constante exposición e información abierta, es importante que el juez, el tercer y imparcial actor, se destaque como el intermediario para asegurar que se haga justicia.

...Lo que esta sucediendo hoy en día debido a la alta cantidad de información abierta al publico en los juicios actuales

Tres actores en el pasado, tres en la actualidad, y aunque los seis deben ocultar lo que sienten sobre los eventos ocurridos, es interesante que en el pasado esto se hiciera para la reflexión en la sociedad y en la actualidad se haga para hacer justicia. 

 


Las leyes y tratados que previenen el fin del mundo

La reacción al trabajo de Oppenheimer


“Ahora me he convertido en la Muerte, el Destructor de Mundos”. Con esta frase, dicha el 16 de julio de 1945, el nombre de J. Robert Oppenheimer quedó grabado en los libros de historia, y para el mundo entero se hizo realidad una amenaza hasta ese punto desconocida. Y tal y como se le atribuye a Einstein haber dicho a raíz  del desarrollo de este arma de destrucción masiva: “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.

La llamaron la Bomba Atómica, y tal era su poder que ni los científicos que la desarrollaron estaban verdaderamente seguros de que no desatara una reacción en cadena que no se detendría hasta que la atmósfera misma se encendiera en llamas y toda la vida dejará de existir. “Una posibilidad improbable” fue la conclusión de los científicos a cargo del Proyecto Manhattan. Pero no imposible….

Incluso sin esta terrible posibilidad, los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945 demostraron el potencial catastrófico de las armas nucleares, que sin un control, podría llegar a significar el fin del mundo. Y en ese punto, entra el Derecho Internacional y el establecimiento de la Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas (UNAEC) en 1946. Esta comisión tenía como objetivo abordar cuestiones relacionadas con la energía atómica y desarrollar planes para su control. En 1957, se fundó la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) para promover el uso pacífico de la energía nuclear y prevenir su aplicación militar mediante inspecciones y salvaguardias.

Pero a pesar del horror de la destrucción producida en Japón y de los intentos internacionales por parar su producción, las grandes potencias y muchos otros países las desarrollan con la excusa de “mantener un equilibrio en pro de la paz”. Con esta inevitable producción en masa de armas de destrucción masiva (ADM), se tomaron más medidas en la década de 1960 para frenar la proliferación y las pruebas nucleares. El Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas de 1963 prohibió las pruebas nucleares en la atmósfera, el espacio exterior y bajo el agua. El Tratado de Tlatelolco en 1967 creó una zona libre de armas nucleares en América Latina y el Caribe y el histórico Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares fue firmado en 1968, estableciendo un marco para prevenir la propagación de armas nucleares, promover el desarme y alentar el uso pacífico de la energía nuclear.

La década de 1970 vio el mayor riesgo hasta la fecha de la destrucción global a manos de múltiples misiles atómicos durante la temida Guerra Fría, y por lo mismo se desarrollaron múltiples iniciativas para mitigar esta posibilidad, mientras se introducían nuevas leyes internacionales para estas armas y otras nuevas, cuyo impacto podía ser equivalente o peor. Un gran ejemplo es la Convención sobre Armas Biológicas de 1972 que prohibió el desarrollo, producción y almacenamiento de armas biológicas y toxinas. También se firmaron tratados en ese momento, como el Tratado de Prohibición de Pruebas en el Umbral de 1974, que limitaba las pruebas de armas nucleares subterráneas a un rendimiento de no más de 150 kilotones, firmado por los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Aunque Oppenheimer es bien conocido por crear la bomba atómica, también fue una de las personas con gran interés a que se hicieran las regulaciones adecuadas.

La decisión generacional del desarme

La década de 1990 estuvo marcada por varios tratados clave que definirían la actitud futura hacia el manejo de las ADM, incluido el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START I) en 1991, que redujo significativamente las armas ofensivas estratégicas entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Mientras tanto, las armas químicas serían oficialmente consideradas ilegales a través de la Convención sobre Armas Químicas de 1993, que prohibió el desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento, retención, transferencia o uso de armas químicas y ordenó la destrucción de los arsenales existentes. Mientras tanto, comenzaron a formarse iniciativas tendientes al desarme, como el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares propuesto en 1996, que prohibía todos los ensayos nucleares con fines tanto civiles como militares. Aunque muchos países no lo han ratificado, y países como Rusia se han salido de este tratado, significó un paso importante de concientización internacional frente a las ADM.

Esto nos lleva al siglo XXI, en el que el compromiso global continuo para controlar y, en última instancia, eliminar las ADM (a través de una combinación de medidas de desarme, no proliferación y verificación), ha llevado a tratados y acuerdos internacionales, tales como el Tratado de Moscú, firmado en 2002 entre los Estados Unidos y Rusia para reducir sus ojivas nucleares estratégicas almacenadas. 

Otra de estas iniciativas es la Convención Internacional para la Supresión de Actos de Terrorismo Nuclear, adoptada en 2005, para prevenir el terrorismo nuclear y mejorar la cooperación internacional contra esta amenaza. El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) en 2010, para reducir aún más la cantidad de bombas nucleares estratégicas y sistemas de lanzamiento, y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado por las Naciones Unidas en 2017, que representa el primer acuerdo internacional legalmente vinculante para prohibir de manera integral las armas nucleares con el objetivo de llevar hacia su eliminación total.

Estos marcos legales internacionales, son fundamentales para establecer normas  claras y efectivas en el control de armas de destrucción masiva. Ayudan a concientizar sobre sus peligros, prevenir conflictos, reducir riesgos de proliferación, proteger contra amenazas terroristas y promover la estabilidad internacional a través del desarme y la no proliferación. En esta época post pandémica, de una llamada por algunos, segunda guerra fría, y con tantos conflictos internacionales, la labor de los abogados de Derecho Internacional en esta tarea es especialmente crítica.

Nadie olvidará jamás el día en que Hiroshima y Nagasaki fueron bombardeadas y el horror que se vivió durante y después del lanzamiento de las bombas atómicas. Y el peligro de repetir ese desastre sigue latente. Es, a través de la ley y la comprensión de las consecuencias del mal uso de las ADM que se puede lograr la eliminación de estas armas a través del desarme y la no proliferación, y prevenir al menos esa forma de fin del mundo.

1990 fue la década en que se empezó a introducir el concepto del desarme, una actitud que tomaría fuerza a partir del 2010

Bien se puede considerar a las armas nucleares como nuestra Espada de Damocles. Siempre y cuando todo se mantenga pacifico no hay razón por la que la arma debería caer... Pero no somos ignorantes de esto, y esta espada no la controla nadie más que la humanidad.

 


Sistemas de votación y Leyes Electorales: Un vínculo crucial para la Democracia

Un derecho histórico


En nuestro mundo contemporáneo occidental el derecho a voto se considera un derecho adquirido y para una inmensa cantidad de votantes un “deber molesto”. Hay poca conciencia de la gran cantidad de años, evoluciones y luchas sociales y legales que se necesitaron para lograr el privilegio de una voz participativa en la elección de autoridades. Partiendo por el sistema democrático directo griego, que permitía votar sólo a ciudadanos hombres con voto decisivo, por lo que quedaba limitado a un puñado de personas selectas, pasando por el sistema del imperio romano, indirecto pero que por primera vez amplió a la elección por comicios y de cargos políticos, como los senadores como representantes para la toma de decisiones políticas, llegando recién en el siglo XIX a la introducción del voto secreto, para salvaguardar la libertad de votar por quien se quisiera. A finales del siglo XIX y principios del XX surgieron los sistemas de representación proporcional en respuesta a la necesidad de reflejar de manera más precisa la diversidad de opiniones y preferencias políticas en los órganos legislativos y recién en 1920 se empezó con la incorporación del voto femenino a los procesos electorales, para terminar con introducciones de diferentes variables locales en el siglo XX y XXI (como el sistema proporcional, mayoritario y de dos vueltas entre otros) y por supuesto la revolución del voto electrónico.

Estos sistemas electorales juegan un papel crucial en la formación de gobiernos democráticos, la representación y libertad de los ciudadanos y la estabilidad política de una nación. En la antigüedad, estos sistemas con grupos acotados de participantes requerían pocas normas que eran claras, determinantes y discriminatorias. Cuanto más evolucionaron y se masificaron más estrecha se hizo la relación de ellos con numerosas leyes y reglamentos, hasta transformarse en una organización donde, elecciones y sistemas legales son una unidad indisoluble y no se puede entender ni implementar, el primero sin un marco legal claro y extenso que lo norme. 

Aunque el concepto se introdujo antes del nacimiento de Jesús, la democracia como la conocemos no se formaría hasta el 1700 

Las leyes que le dan significado al voto

Las leyes electorales, definidas por la rama del Derecho electoral, norman el sistema electoral de cada Estado. Esto puede incluir sistemas como el voto mayoritario simple, la representación proporcional, el voto indirecto o preferencial, la distribución de escaños y representación, entre otros.   

También regulan quién tiene derecho a votar y los requisitos para registrarse como votante. Estas leyes pueden incluir requisitos de edad, residencia, ciudadanía y otros criterios que determinan la elegibilidad para participar en las elecciones. Asimismo regula los requisitos para los candidatos, condiciones para ser elegible y derechos y deberes con que cuentan durante esas candidaturas.

Además protegen el derecho al voto libre e informado, garantizando el derecho al voto de los ciudadanos y protegiendo contra la discriminación o la intimidación electoral, lo que puede incluir medidas para asegurar la privacidad del voto, la accesibilidad para personas con discapacidades y la prevención del fraude electoral.

Se encargan de la regulación de campañas y financiamiento político, regulando ingresos y egresos de las campañas políticas, los límites de gastos, la transparencia en el financiamiento y la publicidad electoral. Estas regulaciones buscan garantizar la equidad entre los candidatos y partidos y prevenir la influencia indebida del dinero y poderes de algún sector en la política.

Por último son las responsables de establecer procedimientos para la resolución de disputas electorales, incluyendo la revisión de resultados, el manejo de quejas y la celebración de nuevas elecciones en caso de irregularidades graves o empates técnicos.

Los sistemas de votación y cómo se norman son una parte basal de nuestra democracia. La Revolución Francesa en 1792 partió quitando el poder al rey y entregando el voto al pueblo, sin ley ni regulación sino sólo por derecho. El hecho de no tener un marco regulatorio claro permitió a Napoleón Bonaparte volver a establecer un poder absoluto, con él como emperador, destruyendo la primera república francesa, de la época moderna.

Así de importante y estructural es esta relación entre el sistema político amplio y su regulación. Lo que partió en la antigua Grecia como un sistema de organización netamente político-social, hoy es intrínsecamente legal también y es crucial que los abogados que se especializan en esta área tengan claridad sobre lo que sus conciudadanos consideran como sistema representativo, equitativo y justo y las leyes y Constitución que lo rigen.

La razón por la que Napoleón Bonaparte pudo reemplazar a la nueva democracia de Francia con una monarquía fue porque el sistema legal no estaba lo suficientemente solidificado

Aunque para algunas personas puede parecer "un deber molesto" el derecho a votar es la culminación de cientos de años de desarrollo político y de varios conflictos.

 


El Eco de la Paz: Manifestaciones Sociales y su Impacto en las Leyes de los EE.UU.

Cambiando un país sin violencia


¡Tengo un sueño! Con esta frase, el activista, filósofo y político Martin Luther King Jr. definió su foco al mundo y cambió el curso de la historia en los Estados Unidos de América. A pesar de que el país ha sido criticado por su uso liberal de la violencia, también tiene una larga e ilustre historia de grupos e individuos que han protestado pacíficamente sobre asuntos difíciles y leyes injustas y, a través de un arduo trabajo y sacrificio, han logrado cambiarlas para mejor.

Estas demostraciones pacíficas han sido fundamentales para impulsar el cambio social, abordar las injusticias y expandir los derechos civiles. También son ejemplos que demuestran la importancia de la organización social pacífica en pos de un objetivo. Lograr que las personas salgan a las calles requiere de un ideal que mueva e intérprete masas, y es importante recordar las manifestaciones en la historia que lograron incluso cambiar leyes de una de las naciones más poderosas de hoy.

Ejemplos como el Movimiento por el Sufragio Femenino destacan, ya que fue una lucha de décadas para asegurar el voto femenino en los Estados Unidos. Comenzó formalmente con la Convención de Seneca Falls en 1848, organizada por Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, donde se adoptó la Declaración de Sentimientos, que pedía igualdad de derechos para las mujeres, incluido el derecho al voto. Culminó con la aprobación de la 19ª Enmienda en 1920, otorgando a las mujeres el derecho al sufragio. Esta enmienda marcó un cambio significativo hacia la igualdad de género en el país e inspiró movimientos similares en todo el mundo, llevando al voto femenino en numerosos países.

No fue de ninguna manera un proceso fácil; tomó no sólo décadas, sino también la lucha de muchas mujeres y sus grupos, como la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer y la Asociación Estadounidense pro Sufragio de la Mujer, que protestaron pacíficamente durante años para alcanzar la 19ª Enmienda. Las Centinelas Silenciosas, una organización creada por Alice Paul y el Partido Nacional de la Mujer, fue el primer grupo en la historia en manifestarse pacíficamente ante la Casa Blanca, y muchas de sus miembros pagaron el precio, 168 de estas mujeres fueron encarceladas.

Huelgas como el Movimiento por el Sufragio Femenino y el Movimiento por los Derechos Civiles son poderosos ejemplos de como se puede cambiar a la sociedad sin violencia

Manifestaciones basadas en principios

Otro ejemplo notable es el del Movimiento por los Derechos Civiles, uno de los ejemplos más conocidos de protestas no violentas en los Estados Unidos, que buscó poner fin a la segregación racial y la discriminación contra los afroamericanos y asegurar el reconocimiento legal y la protección federal de sus derechos de ciudadanía. Estas protestas llevaron a cambios legislativos significativos base de numerosos transformaciones aplicadas a diferentes grupos hasta hoy, como la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohibió la discriminación basada en raza, color, religión, sexo u origen nacional. La Ley de Derechos Electorales de 1965, que eliminó las barreras para votar para los afroamericanos, como las pruebas de alfabetización y los impuestos electorales. Y luego estaba la Ley de Vivienda Justa de 1968, que prohibió la discriminación en la venta, alquiler y financiamiento de viviendas, por cualquiera de los motivos anteriormente descritos.

Todos estos derechos fueron cruciales para muchas personas en el país y, lamentablemente, si bien se organizaron como manifestaciones pacíficas, se encontraron con oposiciones violentas. Ejemplos como el Boicot de Autobuses de Montgomery, provocado por el arresto de Rosa Parks por negarse a ceder su asiento en el autobús a una persona blanca, la Marcha en Washington por el Trabajo y la Libertad, donde Martin Luther King Jr. pronunció el discurso mencionado anteriormente  “Tengo un sueño”, y las Marchas de Selma a Montgomery en pro de la demanda de derechos de voto para los afroamericanos, fueron todas recibidas con resistencia violenta de las autoridades. Pero se mantuvieron firmes y lograron con enorme esfuerzo y pérdidas, leyes que cambiarían el mundo.

Un tercer ejemplo es el Movimiento contra la Guerra de Vietnam. Las manifestaciones pacíficas masivas contra ese conflicto produjo una enorme presión sobre el Gobierno de EEUU aunando el descontento del público, no sólo por sus razones y desarrollo, sino también por la injusticia que se cometía contra los  jóvenes que y eran reclutados para luchar en la guerra desde los 18 años pero no podían votar hasta los 21. Esto los hacía incapaces de influir en nadie o votar por alguien para representarlos en el Congreso, organizaciones que regían el mismo Estado que los estaba enviando a arriesgar sus vidas. En 1954, el presidente Dwight D. Eisenhower se convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos en apoyar públicamente el voto de las personas a partir de los 18 años. Esto basado en la petición del movimiento que pregonaba la siguiente idea: “Si una persona es lo suficientemente mayor para luchar, es lo suficientemente mayor para votar”, y así, en 1971, se redujo la edad para votar y cambió la 26ª Enmienda de su constitución.

Los movimientos actuales, como por ejemplo el LGTBIQ+ y los derechos de los homosexuales lograron la ley del matrimonio igualitario para EEUU con marchas pacíficas anuales. El movimiento ME TOO, por su lado, con movimientos sociales y manifestaciones pacíficas de todo tipo, ha logrado enormes progresos en la prevención de acoso sexual y leyes que protegen a las mujeres en sus trabajos y vidas personales, y han hecho grandes avances en cuanto a leyes que resguardan los derechos de minorías y de las mujeres en Estados Unidos.

La historia de las organización masiva pacífica en los Estados Unidos de América es un poderoso ejemplo de los ciudadanos de una nación examinándose a sí mismos y defendiendo lo que creen. Afortunadamente, no son los únicos. Las manifestaciones ocurren en todas partes a lo largo de la historia y del planeta, por una variedad de razones, como el Movimiento de Independencia de la India, el Movimiento contra el Apartheid en Sudáfrica, la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia y otros. Estos son todos buenos ejemplos de lo importante que puede ser el poder de las personas unidas en torno a una idea que cambie las leyes para mejorar el desarrollo de la sociedad en la que viven.

Estos ejemplos históricos han inspirado manifestaciones hasta la actualidad, lo que ha ayudado a la sociedad con una variedad de problemas

Tal como hay muchos ejemplos del uso liberal de armas de fuego en Estados Unidos, hay muchos ejemplos tanto en el país como en el mundo del poder de las palabras para construir una mejor sociedad