Un cambio en la forma que trabajamos y vivimos


Una persona no trabaja con el objetivo de trabajar, sino que para mejorar su vida. Pero las circunstancias actuales han cambiado la forma en que nos relacionamos con nuestro trabajo, la modalidad en que lo realizamos y como interactuamos con las personas con las que compartimos responsabilidades.

Los límites con nuestra vida personal se hacen cada vez menos claros, por lo mismo, uno de los aspectos que más ha cambiado es el ambiente en que uno se desarrolla. Esto es inevitable, debido a que hoy en día una gran cantidad de personas hacen todo su trabajo desde su hogar. Aunque tiene sus beneficios, este formato requiere un cambio en la mentalidad de los trabajadores, para también resguardar otros aspectos de su vida.

Estos cambios han causado que nuevas discusiones sobre cómo la ley debe afrontar esta nueva situación surjan alrededor del mundo. Y fue en estas circunstancias que surgió una ley llamada El Derecho a Desconectarse.

Para algunos esta legislación no es nada nuevo, la idea de que los trabajadores tenían el derecho a desconectarse de su trabajo después de las horas establecidas, y que una ley para proteger ese derecho debe existir, surgió en Francia. Cuando un conductor de ambulancia decidió que no contestaría el número de su trabajo fuera de horario, no se imaginaba el impacto que tendría su decisión en su carrera y en el resto del mundo.

La empresa decidió despedir al conductor lo que llevo a un caso judicial que terminaría llevando a la Corte Suprema Francesa a mandatar que “ningún empleado está obligado a aceptar trabajo desde su casa o traer sus herramientas o papeleo del trabajo”. Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que el conductor no había infringido ninguna obligación y la corte votó a su favor. Esto llevó a lo que se llamó la Ley El Khomri la cual estipuló en el Código Laboral Frances que todos los trabajadores tienen el derecho a ignorar cualquier comunicación de sus empleadores una vez que terminen sus horas de labor.

19 años más tarde a través de todo Europa hay variaciones del Derecho a Desconectarse, pero esta ley surgió como tema de conversación una vez más debido a la pandemia causada por el COVID-19 y por su implementación en Ontario, Canadá para combatir los efectos del agotamiento que nacieron por trabajar en la casa.

Muchos empleados deciden renunciar específicamente porque creen que su ambiente laboral ya no es sano, incluso cuando algunas empresas les ofrecen mayor paga para compensarlos.

El primer paso: El más difícil

La ley dicta que todas las empresas que tengan más de 25 trabajadores deben abrir un diálogo con aquellos empleados para definir en qué horas terminaría su jornada para que no reciban ninguna clase de comunicación por parte de la empresa o relacionada con su trabajo.

En teoría esto significa que los empleados dejan de trabajar una vez que termine su horario, pero muchas personas han notado que la ley tiene problemas que les impide combatir el cambio del trabajo en casa.

No hay nada que realmente detenga a un empleador para que decida que las horas fuera del trabajo, sean en un horario que no se ajuste a las necesidades del trabajador y para muchos que dejen de comunicarse con la empresa no significa nada ya que para ellos trabajar significa conectarse con algún cliente en la noche.

Muchos abogados y jefes de empresas pequeñas también sienten que la ley no los protege, porque deben estar conectados constantemente con los clientes, muchos de los cuales no están dispuestos a hablar a través del día sino en un horario fuera de las horas de trabajo.

Hay varios elementos que la ley no logra cubrir y no es una solución perfecta, pero tampoco debe serlo. La pandemia tuvo varias consecuencias en nuestra sociedad y ninguna ley, sin importar en cuántas situaciones se pueda aplicar, va a poder solucionar todos los problemas laborales que han surgido debido al COVID. Lo que sí se puede hacer es empezar la discusión y los proyectos necesarios para que los empleadores y empleados se adapten a este nuevo sistema.

Porque aquí no hay sólo un problema legal sino también uno de mentalidad, para muchos empleados desconectarse del trabajo es asociado con pereza y es parte de la cultura del trabajador hacer lo que quiere el cliente y conseguir resultados es lo más importante.

Pero el agotamiento que trae trabajar desde la casa es un problema real, sin el tiempo necesario para salirse del ambiente laboral los empleados encuentran que se vuelve cada vez más difícil desconectarse de sus pantallas y muchos deciden renunciar específicamente porque creen que su ambiente laboral ya no es sano, incluso cuando algunas empresas les ofrecen mayor paga para compensarlos. Crear barreras entre el trabajo y los trabajadores se ha vuelto una parte clave para mejorar la productividad en el trabajo en casa.

Uno no vive para trabajar mejor, sino que trabaja para vivir mejor. Los cambios que ha causado la pandemia son más grandes de lo que puede abarcar una sola ley, pero esta ley es el primer paso para crear un ambiente que ayude a los empleados a trabajar en sus casas.

La pandemia tuvo varias consecuencias en nuestra sociedad y ninguna ley, sin importar en cuántas situaciones se pueda aplicar, va a poder solucionar todos los problemas laborales que han surgido debido al COVID.

Canadá se convirtió en el primer país de América en adoptar el Derecho a Desconectarse, abriendo el paso a la discusión de la implementación de esta ley en el resto del continente.