Las tres "Rs"  de la experimentación ética 


El debate sobre los derechos de los animales es cada vez más relevante y significativo, ya que la sociedad es paulatinamente más consciente de la importancia de tratar éticamente a los seres vivos no humanos. 

Históricamente, los animales eran considerados como simples objetos de propiedad, sin derechos legales propios. Sin embargo, a medida que creció la conciencia pública sobre los abusos, la crueldad y la exterminación de especies y su impacto, entre otros, se hicieron cada vez más fuertes las voces de los movimientos a favor de los derechos de los animales. Hoy el pensamiento ético ha evolucionado desde una perspectiva antropocéntrica hacia un enfoque más biocéntrico, reconociendo la importancia intrínseca de la vida animal.

La evolución del derecho animal es reflejo de esta tendencia hacia una mayor protección, a pesar de la resistencia de muchas industrias que utilizan animales y de una falta de capacidad de aplicar efectivamente las leyes de protección animal en muchos países del mundo. La consideración ética de los animales en ámbitos como la investigación científica, la cría industrial y el entretenimiento está ganando terreno. 

Pero las legislaciones en los diferentes países varían enormemente en este ámbito, por lo que es importante preguntarse sobre los mínimos que deberían regir la convivencia sana entre los humanos y su desarrollo y los animales y su hábitat. ¿Cuáles son estos marcos y restricciones necesarios? 

Los aspectos que involucran la regulación de esta convivencia son muchos, pero sin duda el uso en investigaciones de animales es uno de los más controversiales. En  la actualidad se ha decretado que los animales sólo se pueden utilizar para investigaciones biomédicas con la exigencia de probar que su uso es necesario para un descubrimiento importante y que no hay ninguna otra opción que pueda reemplazarlo. 

Una guía de carácter ético es el Principio de las Tres Rs, este principio, formulado en la década de los 60 por dos biólogos ingleses, Russel y Burch, en su libro “The Principle of Humane Experimental Technique”, indica que hay tres elementos que todos los procesos científicos deben mantener:

La primera “R” es el Reemplazo, el acto de buscar alternativas a la utilización de animales, este principio aboga por identificar y utilizar métodos y tecnologías que no involucren animales en la investigación. Se fomenta la adopción de enfoques alternativos, como modelos computacionales, cultivos celulares o tecnologías in vitro, siempre que sea posible.

La segunda “R” es la Reducción, con la intención de minimizar el número de animales utilizados, este principio se centra en la optimización de los experimentos para utilizar la menor cantidad de animales necesaria para obtener resultados significativos. Esto implica diseñar estudios eficientes que maximicen la información obtenida de cada individuo, reduciendo así la cantidad global de animales utilizados.

Y la tercera “R” es el Refinamiento, el cual se refiere a la mejora continua de las prácticas experimentales para minimizar el sufrimiento de los animales. Esto incluye la atención cuidadosa a los métodos de manipulación, la implementación de anestesia cuando sea necesario y la optimización de las condiciones de vida para garantizar el bienestar de los animales durante todo el proceso de investigación.

El concepto de las tres Rs fue creado por dos biólogos ingleses, Russel y Burch, en su libro “The Principle of Humane Experimental Technique” con el objetivo de limitar los actos de los científicos con sus animales en el momento de un experimento.

Esfuerzos internacionales para proteger los derechos animales

Este ejemplo es parte de una concientización y legislación cada vez más fuerte alrededor de todo el mundo. Comités de Ética revisan todos los procedimientos científicos para asegurarse de que sigan el principio de las Tres Rs. En el ámbito internacional diversas organizaciones han abogado por la protección de los derechos de los animales. La Declaración Universal de los Derechos de los Animales de la UNESCO, adoptada en 1978, establece principios básicos para el tratamiento ético de los animales. Además, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y la Convención Europea para la Protección de Animales de Compañía son ejemplos de esfuerzos globales para garantizar su bienestar. Además existen leyes como el Animal Welfare Act en Estados Unidos que establece estándares para el cuidado y uso de animales en la investigación y regula las condiciones de transporte y venta de animales, o la Directiva de la Unión Europea sobre Protección de Animales Utilizados con Fines Científicos la cual establece normas para el uso de animales en la investigación científica en la Unión Europea. En Chile, durante el 2021 se aprobó un proyecto de ley que prohíbe la experimentación en animales con fines cosméticos, debido al hecho comprobado de que poseen un sistema nervioso central y por lo tanto son capaces de sentir dolor. Por esto, no deben ser sometidos a ningún tipo de experimentación como las que se realizaban en esta industria, ya que algunas de estas pruebas tienen el riesgo de causar dolor, dañar o envenenar al animal.

La aparición de derechos legales específicos para ciertos animales, como los grandes simios, señala un cambio gradual hacia una comprensión más profunda de las necesidades y derechos individuales de diversas especies. Fue necesario que Dian Fossey perdiera la vida a manos de los traficantes de orangutanes en Ruanda para la toma de conciencia sobre esa especie en particular. Pero la relación es con todas las especies y el marco regulatorio sólo será posible de implementar en la medida en que el ser humano conozca sus límites y los respete.

Experimentos como el ratón en un laberinto son bien conocidos pero enforzar limitaciones a estos experimentos es relativamente reciente.

El argumento y el ajuste de las medidas de que es lo que puede y debe hacerse con los animales en el nombre del progreso se mantiene activo hasta el día de hoy, y todavía existen desafíos que se aseguraran de que siga por mucho tiempo.