¿Cuándo comienza la brecha salarial hombre/mujer?
En un primer estudio, analizamos la situación en Chile. Próximamente, abordaremos el mercado legal colombiano.
Work On Law comparó los sueldos de abogados con perfiles casi idénticos, donde lo único que los diferencia es su género. Elegimos como muestra a los empleadores que mejor pagan en Chile: las “grandes empresas”* y los estudios jurídicos con más de 40 abogados. El objetivo fue aislar la mayor cantidad de factores posibles para ver si existe una brecha salarial entre hombres y mujeres en el mercado legal, y en qué momento se produce.
* Grandes empresas según el criterio del S.I.I.
Al comienzo de la carrera, las abogadas del segmento estudiado ganan lo mismo que sus pares hombres. Al poco andar la brecha comienza a manifestarse y no desaparecerá en ningún momento de la carrera.
La primera brecha ocurre a los 4 años de experiencia (ver gráfico): los hombres ganan un 20% más.
En nuestro análisis sólo consideramos profesionales full-time, por lo que no se podría invocar la existencia de una jornada parcial como un motivo para pagar menos a la mujeres de este grupo.
Al aproximarse a los 10 años de carrera, la diferencia salarial entre hombres y mujeres (de este segmento altamente competitivo), disminuye a un 5%. ¿Comienza a corregirse la diferencia?
¿Qué ocurre después de los 10 años de carrera?
Un bajo porcentaje de las mujeres que forman parte del segmento analizadocorre la misma suerte que sus competidores hombres: lograr el cargo de socio o de gerente legal. Como son menos las mujeres que alcanzan cargos de mayor responsabilidad la brecha salarial llega su punto más alto. En abogados con 15 o más años de experiencia (siempre en la muestra de abogados altamente competitivos) los hombres ganan en promedio un 35% más. En otro análisis compararemos los sueldos de hombres y mujeres que ocupan el mismo cargo: gerente legal o fiscal.
A continuación ofrecemos una encuesta acerca de las causas de esta brecha salarial y cómo corregirla. La mayoría de los participantes en la encuesta señala que para resolver el problema a largo plazo se requiere cambiar la cultura y que la responsabilidad de la paternidad sea un costo asumido por ambos padres.