Integrando una nueva herramienta
La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa de ciencia ficción ni un lujo reservado a las grandes firmas tecnológicas. Hoy, la IA está al alcance de cualquier profesional con una conexión a internet y la voluntad de explorar sus capacidades. Pero, como toda herramienta poderosa, su verdadero valor depende del criterio, la preparación y la responsabilidad de quien la utiliza. Para los abogados, el desafío no es si deben incorporar la inteligencia artificial a su trabajo diario, sino cómo hacerlo de manera eficaz, ética y estratégica, aprovechando todo su potencial sin sacrificar el juicio profesional ni los estándares que definen la práctica legal.
En su informe de 2024, el Colegio de Abogados del Estado de Nueva York realizó un estudio para determinar la viabilidad de la integración de la IA en estudios de abogados. A partir de ese análisis se descubrieron varias maneras para que los abogados convirtieran a la IA en una verdadera aliada.
El primer paso es abandonar la visión pasiva o aprehensiva frente a esta tecnología. No se trata de que la IA reemplace a los profesionales, sino de que amplifique su capacidad de análisis, les permita automatizar tareas rutinarias y, sobre todo, les dé más tiempo para concentrarse en las decisiones estratégicas que requieren razonamiento jurídico y sensibilidad humana.
El segundo consejo clave es aprender a evaluar las herramientas de IA disponibles. No todas son iguales ni están diseñadas para los mismos fines: Algunas se enfocan en la revisión de contratos, otras en la predicción de resultados judiciales, otras más en la redacción de documentos o la investigación jurisprudencial.
Relacionado con esto, el abogado debe mantener siempre una supervisión activa sobre los resultados que le proporciona la IA. El informe del Colegio de Abogados de Nueva York insiste en que la IA no puede ni debe sustituir el juicio profesional. Las herramientas generativas —como los asistentes de texto que crean documentos legales o redactan argumentos— pueden ser útiles como borradores, pero nunca deben usarse de forma automática o sin revisión humana. La responsabilidad final de cualquier análisis, escrito o recomendación legal recae sobre el abogado, y esto no cambia aunque la IA haya hecho parte del trabajo. Por lo tanto, se aconseja que todo resultado generado por IA sea revisado, validado y, si es necesario, corregido o complementado antes de ser presentado como parte del trabajo profesional.
Otro aspecto crucial es el entrenamiento constante. La tecnología cambia a gran velocidad, y la IA no es una excepción. Para utilizarla de forma efectiva, los abogados deben estar dispuestos a aprender continuamente, actualizar sus conocimientos y mantenerse al tanto de las nuevas funcionalidades, mejoras o riesgos que puedan surgir. Esto no significa convertirse en expertos en programación, pero sí tener una comprensión general del funcionamiento de los modelos de lenguaje, los algoritmos predictivos o los sistemas de aprendizaje automático que se aplican en contextos jurídicos. Algunos estudios han comenzado a ofrecer programas internos de formación en IA para sus abogados, mientras que otros recurren a seminarios, cursos especializados o colaboraciones con tecnólogos. En cualquier caso, la capacitación continua ya no es opcional: es una condición para la competitividad profesional.
La Inteligencia Artificial es, antes que todo, una herramienta...
Usando una herramienta cómo individuo y grupo
La integración ética de la IA es también una responsabilidad que los abogados no pueden eludir. Usar IA de forma responsable implica ser conscientes de los riesgos que pueden estar incorporados en los algoritmos, así como de los peligros para la privacidad y la confidencialidad de los datos. Uno de los ejemplos más relevantes es la responsabilidad del abogado de no introducir información sensible en sistemas de IA sin verificar primero que existan garantías adecuadas de protección. La transparencia y el consentimiento informado fortalecen la relación con el cliente y reducen posibles conflictos éticos o jurídicos.
Además de todo esto, la IA puede convertirse en una herramienta estratégica para generar valor agregado en el servicio legal. Por ejemplo, algunos estudios, están usando sistemas de IA para anticiparse a las preguntas frecuentes de los clientes, lo que mejora la comunicación y agiliza los tiempos de respuesta. Otros la utilizan para detectar patrones en grandes volúmenes de información —como historiales judiciales o tendencias regulatorias— que les permiten ofrecer un asesoramiento más predictivo, proactivo y personalizado. Este enfoque convierte a la IA no solo en una ayuda operativa, sino en un factor diferenciador de la práctica legal.
La adopción inteligente de estas herramientas también exige un rediseño de los procesos internos. No basta con incorporar una plataforma de IA, es necesario adaptar los flujos de trabajo para que se integren eficazmente, definir roles claros para su uso, establecer protocolos de revisión y fomentar una cultura organizacional que valore tanto la innovación como la responsabilidad.
Finalmente, es muy importante aprender a relacionarse con la IA de la manera correcta, lo que significa, ante todo, aprender un nuevo lenguaje. Este lenguaje, o Prompting, es la base para conseguir lo que uno efectivamente necesita de la IA. Esto significa entregar la información necesaria, dar los datos precisos y las referencias que necesita para lo que uno quiere en cada interacción.
Hablamos repetidamente de la incapacidad de la IA para reemplazar a los abogados, de sus riesgos, tanto legales como éticos, de su uso sin restricciones. Pero siempre debemos tener en cuenta de que la IA es una herramienta que llegó para quedarse y que da muchas ventajas, y saber cómo utilizarla cuando tantos otros campos laborales lo hacen es, cada vez más, una necesidad para no quedarse atrás.
...Y si se usa para bien o para mal depende completamente del usuario.
La Inteligencia Artificial es una herramienta que muchos profesionales están aprendiendo a usar, y es probable que abogados en el futuro también la usen como un apoyo.