La distribución del 8


Hay una antigua receta que decía que para lograr un equilibrio sano en la vida personal y profesional de una persona había que ser capaz de dividir el día equitativamente: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas libres. 

Suena razonable y claro, pero en el mundo contemporáneo es muy difícil de conseguir, en especial en aquellas carreras profesionales en que se depende de resultados óptimos constantes y/o de plazos, a veces imposibles, o de entregas perentorias para los resultados de su desarrollo. Y ellas caracterizan la profesión del abogado, 

Si bien es cierto que  superar desafíos por y para personas es parte del ADN laboral de quienes ejercen el Derecho, no es menos cierto que el equilibrio en el desarrollo de su vida profesional es difícil y muchas veces imposible de conseguir. La profesión legal es además conocida por su exigencia, competitividad y, en muchos casos, por las largas jornadas laborales. Si bien es una carrera llena de desafíos intelectuales y oportunidades, también es una de las que más puede poner en riesgo la salud de quienes la ejercen, tanto física como psicológicamente, por la falta justamente  de este equilibrio y las largas horas de dedicación que requiere. 

Por supuesto que en toda carrera siempre existe el riesgo de que surjan problemas físicos y problemas psicológicos derivados del trabajo. Pero hay que poner especial cuidado en las carreras en que los resultados dependen muchas veces de un número de horas y dedicación que hace de este equilibrio un imposible. Este esfuerzo acumulado puede llevar a varias enfermedades profesionales. De acuerdo con el gobierno de Chile “…la enfermedad profesional es la causada de una manera directa por el ejercicio de la profesión o del trabajo que realiza una persona y que le produzca incapacidad o muerte”.

¿Cuáles de ellas se relacionan más estrechamente con el ejercicio del Derecho?

Las enfermedades laborales existen en todos los trabajos, por lo que es importante informarse de cuales vienen con cada oficio

Las enfermedades de un abogado

Relacionadas con la falta de 8 horas diarias de descanso, están sin duda las conocidas enfermedades psicológicas relacionadas con el estrés crónico. Las causas del estrés en esta profesión son numerosas: largas horas de trabajo, la presión por ganar casos, la necesidad constante de estar actualizado con los cambios y avances legales, y la naturaleza adversarial del ejercicio de la profesión. Aunque a menudo se considera un compañero silencioso e inofensivo, el estrés puede tener consecuencias graves si no se maneja adecuadamente. Cuando se acumula sin un adecuado canal de desahogo, puede llevar al desarrollo de problemas de salud mental serios, como la depresión, el síndrome del burnout y la ansiedad. Al resultado de este debilitamiento del cuerpo y mente, se asocian además problemas como la hipertensión, problemas digestivos, etc., con el consecuente ciclo de desgaste personal y profesional, el que puede evitarse con una sana desconexión de al menos 8 horas diarias.

También existen problemas que no están relacionados necesariamente con la presión pero que derivan de la alta exigencia y cantidad de horas de trabajo de escritorio, para lo que las 8 horas libres son cruciales. Pasar largas horas sentado frente a un computador o a textos, puede tener un impacto negativo en la salud musculoesquelética. Los abogados a menudo sufren de dolores de espalda, cuello, y muñecas. El dolor lumbar es una queja común debido a mala postura y la falta de actividad física y problemas como el síndrome del túnel carpiano también son prevalentes debido al uso constante del teclado y el mouse. Es especialmente relevante adecuar los instrumentos, sillas y escritorios para poder evitarlos. 

Otros problemas físicos relacionados, tales como la miopía, muchas veces derivan de las largas horas que pasan frente a las pantallas de computadoras y dispositivos electrónicos. La exposición prolongada a ellos puede causar fatiga visual, sequedad ocular, dolores de cabeza y visión borrosa. La miopía, en particular, puede desarrollarse o agravarse debido al enfoque continuo en objetos cercanos, clásicos en el ejercicio de la abogacía. Es por esto que 8 horas dedicadas a actividades recreativas como por ejemplo hobbies, deportes y tiempo con familia y amigos, ayudan a prevenir este tipo de enfermedades laborales si se cuida realizar actividades que no fuercen el mismo tipo de posturas y/o uso de sentidos.

E incluso dentro de las 8 horas dedicadas al trabajo hay que hacer un ejercicio de autocuidado, ya que la enorme presión a la que están sometidos en general los abogados en el ejercicio de su profesión genera muchos problemas médicos, siendo probablemente los más conocidos, los relacionados con los problemas cardiovasculares. El estrés prolongado provoca la liberación continua de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que elevan la presión arterial y aceleran el ritmo cardíaco. Este estado de “alerta constante” desgasta el sistema cardiovascular con el tiempo, contribuyendo a la rigidez arterial y aumentando la probabilidad de arteriosclerosis. La hipertensión, que a menudo se desarrolla sin síntomas evidentes, es una metafórica bomba de tiempo silenciosa que incrementa significativamente el riesgo de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.

El 8-8-8 parece entonces una tarea de autocuidado, que podría jugar un papel crucial en el desarrollo equilibrado de una vida profesional y personal. Incorporar hábitos saludables como el ejercicio regular, una dieta balanceada y dedicar tiempo de calidad a actividades fuera del trabajo es esencial para mantener un buen estado físico y mental que también permitirá a los abogados ejercer su profesión de manera más efectiva y sostenible a largo plazo. Debería ser una tarea para todo hombre y mujer profesional contemporáneos, el tratar de resguardar este equilibrio y cuidar su salud física y mental. Y quien sabe cuidarse, sabe cuidar a los demás y representarlos y cuidarlos de mejor manera.

El 8-8-8 es una tarea de autocuidado, que si no se maneja bien puede tener serias consecuencias

Las enfermedades laborales son un desafío constante para cualquier profesional, al igual que el balance entre la vida profesional y personal. Aun así es importante darle la importancia necesaria, a menos de que sufran las consecuencias