Desde Olimpia hasta el mundo


Empecemos esta aventura en la Antigua Grecia en el año 776 a.C. Las diversas ciudades-estado de la nación decidieron reunirse para celebrar lo que se convertiría en uno de los festivales religiosos más grandes del mundo conocido en la antigüedad, y sin duda el más longevo de la historia: los Juegos Olímpicos, una competencia de varios deportes, incluyendo boxeo, lucha, carreras, lanzamiento y carreras de carros, para celebrar la gloria del Rey de los Dioses, Zeus.
En la historia de esta gran nación no hubo celebración más grande. No sólo era una oportunidad para honrar a su deidad principal, sino también la mejor ocasión que tenían los ciudadanos para reunirse y disfrutar de un banquete. Al mediodía de cada uno de los cinco días que duraba el festival, se sacrificaba un gran número de bovinos en honor a Zeus, y una vez que él había recibido la primera porción como ofrenda, el resto era para el pueblo. Y para los hombres griegos, era una de las mayores oportunidades de sus vidas, ya que podían demostrar su destreza ante una audiencia de 40.000 personas, sólo una vez cada cuatro años.

Ese aspecto, por sí solo, no ha cambiado. Aunque los Juegos Olímpicos tardaron mucho en volver a realizarse, quedando inactivos durante 1506 años desde el 393 d.C. hasta su reinstauración en 1896, hoy en día sigue siendo una oportunidad increíble para que los atletas de todo el mundo demuestren sus habilidades y prueben sí son los mejores del mundo.
Pero cabe destacar que, como todo lo que ha durado más de 300 años, ha habido cambios estructurales en las reglas que rigen el cómo se llevan a cabo los deportes, así como en las leyes que protegen y restringen la conducta de todos los que participan.

Para empezar, aunque muchos de los deportes originales que se practicaban en los Juegos Olímpicos permanecen, muchas de las reglas que los regían hoy en día causarían revuelo. Por ejemplo, sólo los hombres libres griegos podían participar, las mujeres ni siquiera podían asistir. Todos los participantes tenían que estar desnudos, los luchadores y competidores de pankration (forma original de lucha o kickboxing), tenían que competir cubiertos de aceite. En las carreras, si un atleta realizaba una salida en falso, los jueces podían aprobar castigos corporales, y no había puntos, límites de tiempo ni clasificaciones por peso en eventos como boxeo.

Tales reglas podían ser apropiadas para la sociedad centrada en los hombres de la antigua Grecia, pero evidentemente no encajaban en el siglo XIX cuando se volvieron a realizar y mucho menos hoy. Es por eso que, cuando los Juegos Olímpicos fueron reintroducidos al mundo por Pierre de Coubertin en la ciudad de Atenas en el año 1896, no sólo se introdujeron nuevos deportes, sino también nuevas reglas para llevar la mayor competencia deportiva del mundo a la nueva era. La reinstauración también vio convertirse al evento en una competencia internacional y, como tal, se necesitaban reglas y leyes que pudieran ser acordadas de manera unánime. Fue durante este año que Pierre de Coubertin y Demetrios Vikelas crearon el Comité Olímpico Internacional (COI) para organizar y supervisar las reglas de los eventos y lograr que los diferentes países involucrados acordaran un conjunto unificado de normas.

Cuando las Olimpiadas iniciaron en el año 776 a.C. se plantearon como un ritual religioso para honrar a Zeus y como el barbeque más grande de la nación

Creciendo con la sociedad

No fue un proceso rápido ni estable. Hasta el día de hoy se siguen agregando más deportes y más reglas en cada iteración de los Juegos Olímpicos. En la segunda edición de los nuevos Juegos en 1900, fue la primera vez que las mujeres pudieron participar activamente. Más tarde se añadieron herramientas a la competencia para mantener un juicio justo, como divisiones entre peso de competidores, cámaras de video para verificar posibles faltas y cronómetros eléctricos y todo tipo de sensores.

Pero fue a partir de la década de 1960 cuando los Juegos Olímpicos enfrentaron uno de sus mayores desafíos legales: el dopaje. El acto ilegal de mejorar artificialmente el rendimiento de un atleta mediante el uso de sustancias ha sido uno de los mayores retos para este evento internacional. Desde 1960, cuando se comenzaron a implementar pruebas para asegurar que los competidores no tuvieran sustancias prohibidas en su cuerpo y crear castigos si las tenían, hasta 1999, cuando la Agencia Mundial Antidopaje, una organización creada por el COI, fue establecida para promover, coordinar y monitorear la lucha contra las drogas en el deporte, haciéndolo a través de la investigación científica, la educación, el desarrollo de capacidades antidopaje y la supervisión del Código Mundial Antidopaje.

Y luego está el impacto que los Juegos Olímpicos han tenido en la política. Temas notables como la igualdad racial y los derechos de los atletas LGBTQ+ han sido un desafío constante para este evento internacional a lo largo de las décadas. En 1964, el COI prohibió la participación de Sudáfrica en los Juegos debido a su política de segregación del apartheid. No sería hasta 1992, cuando el sistema fue completamente abolido, que a Sudáfrica se le permitió competir nuevamente.
Por otro lado, los derechos de los atletas LGBTQ+ han sido un desafío complejo para el evento. Aunque no había políticas que prohibieran oficialmente a personas de otras tendencias sexuales competir, aún estaba cargado de estigma. Las personas que se identificaban como LGBTQ+ a menudo enfrentaban una discriminación social e institucional significativa, lo que hacía difícil para ellas ser abiertas sobre sus identidades mientras competían en el escenario mundial. No sería hasta 1992, cuando Tom Waddell, un atleta abiertamente gay que compite en los Juegos Olímpicos de 1964, fundó los Gay Games, un evento deportivo y cultural internacional destinado a promover la inclusión y romper barreras para los atletas LGBTQ+, que se dio un primer paso significativo hacia la aceptación de los derechos de las personas LGBTQ+ en el deporte. Incluso con este evento, tomó hasta el año 2014 para que el COI enmendara oficialmente la Carta Olímpica para prohibir explícitamente la discriminación basada en la orientación sexual. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 marcaron un hito histórico en la inclusión LGBTQ+, ya que los Juegos contaron con el mayor número de atletas abiertamente no heterosexuales, que hayan competido.

El desarrollo de las reglas de lo que una vez fue un ritual para el Rey de los Dioses griego, convertido en un evento deportivo internacional, es, en muchos aspectos, un microcosmos del desarrollo de la sociedad. Cada uno de los ejemplos que hemos visto de los cambios en las reglas de los Juegos Olímpicos ha tenido profundos efectos en el desarrollo de la sociedad: inclusión igualitaria de las mujeres, avanzar en tecnología relacionada, luchar contra el abuso de drogas, contra el racismo sistémico, apoyar los derechos de las personas LGBTQ+, y más. Todas estas reglas pueden parecer como sólo para que los JJ.OO. sean más justos, pero afectan y representan un desarrollo sociológico paralelo, siendo reflejo claro de la sociedad en que se desarrollan

En muchas formas los cambios a las reglas de las Olimpiadas son una reflexión paralela a los cambios de la sociedad

Las Olimpiadas son, en muchas formas, un símbolo del mundo unido y es debido a esto que uno siempre debe poner atención a los cambios a las reglas, pues pueden señalar un cambio en la sociedad.