Las realidades de una nueva era


Vivimos en una sociedad en constante actualización, en la cual la posibilidad de una innovación que cambie la forma en que todos los ámbitos laborales se desarrollan puede estar a la vuelta de la esquina. Esta es la razón por la que varias profesiones se están adaptando no sólo a los beneficios que pueden traer las nuevas tecnologías sino también a los desafíos que inevitablemente aparecen con su aplicación. 

Un buen ejemplo de esto en el mundo del Derecho es todo lo referente a  propiedad intelectual. ¿Por qué? Porque es una de las áreas del derecho que lidia con límites que ya era necesario defender y proteger antes de la aparición de las nuevas tecnologías y en especial de la inteligencia artificial y cuyos problemas se han acentuado exponencialmente. Hablamos de temas como la originalidad y creatividad, los derechos de autor, innovación y patentes, protección de datos y privacidad, licencias de uso, marcas, secretos comerciales, etc. 

Es un hecho indiscutible que las personas y corporaciones quieren proteger sus secretos y marcas, los creadores intelectuales quieren mantener sus derechos de autores y/o patentes, etc. Pero la realidad es que tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) han añadido varias complejidades y desafíos a una tarea ya por sí difícil y que los abogados especialistas deben afrontar con estrategias creativas y habilidades innovadoras. Porque la Inteligencia Artificial permite mejorar procesos y gestiones, pero plantea nuevos problemas y retos para los profesionales asociados.

En cuanto a los beneficios, la introducción de la Inteligencia Artificial permite la automatización de procesos legales, la IA puede ayudar a agilizar procesos legales, como la revisión de casos, análisis de infracciones y redacción de documentos. Los abogados pueden aprovechar estas herramientas para mejorar la eficiencia y dedicar más tiempo a aspectos estratégicos. Además, la IA permite a los abogados desarrollar estrategias de protección avanzada, herramientas de monitoreo automatizado y análisis predictivo, que pueden ser empleadas para prevenir infracciones y situaciones complejas, incluso antes de que ocurran.

Debido a los avances tecnológicos, muchos abogados han aprendido más acerca de la tecnología o han reclutado expertos.

Desafíos de identidad y propiedad

Por otro lado, crea varios desafíos para los abogados de propiedad intelectual, tales como las infracciones automatizadas. La automatización impulsada por la IA ha dado lugar a métodos cada vez más sofisticados de infracción de derechos de autor. bots y algoritmos pueden replicar obras protegidas de manera rápida y eficiente, con cambios pequeños y analizados que permiten saltarse los derechos de autor,  planteando desafíos en la identificación y persecución de infractores. El mejor ejemplo es la reciente demanda presentada por The New York Times contra Open AI y Microsoft por uso de contenido con derecho de autor. Casos como al arte creado por la Inteligencia Artificial u otras creaciones intelectuales, como por ejemplo libros, creados específicamente a través de estos dispositivos, todos basados en obras de autores ya publicadas, crean un área gris que es difícil de definir. Si una obra de arte fue creada utilizando la Inteligencia Artificial a partir de información y conocimientos de otros, que le fueron programadas, ¿a quién le pertenece la idea? Es fácil decir que a las fuentes originales, pero queda la duda con respecto a cómo los investigadores o creadores construyen sus descubrimientos y nuevas ideas. ¿No es en base a conocimientos y descubrimientos anteriores? ¿No se dice que no es necesario inventar la rueda cada vez? ¿No creamos como humanos en base a conocimientos ajenos, por lo que la máquina está repitiendo nuestro mismo mecanismo en forma más eficiente y rápida?

La persona que presentó el concepto original, o conocimiento base de una nueva idea entonces ¿merece créditos o beneficios de los derechos de autor sí no creó la obra nueva por su propia cuenta? Y si la obra le pertenece a la herramienta ¿Esto significa que la obra es considerada parte del dominio público? O ¿le pertenece al creador de la herramienta?

Actualmente no hay una ley internacional que regule estas interrogantes por lo que los abogados dedicados al tema, están muchas veces a la deriva y a su propia capacidad de innovación y creatividad, cuando enfrentan estos dilemas. Deben contemplar leyes locales y regulaciones internacionales para en forma creativa solucionar los problemas legales asociados con estas tecnologías. Responsabilidades como el asesoramiento de la ética profesional y legal del uso de la IA, que exige de los abogados estar preparados para ofrecer asesoramiento sobre la ética en el desarrollo y uso de la IA en el ámbito de derechos de autor, cada vez con más aristas y sin legislación definida. Esto implica considerar aspectos como la transparencia en algoritmos y la responsabilidad en casos de mala conducta algorítmica, todos aspectos nuevos y muy cambiantes en el desarrollo de la ley .

Otro aspecto de permanente cambio y adaptación es sin duda la protección contra las falsificaciones digitales, dado que las innovaciones en tecnologías permiten imitar a personas, voces y estilos, pero hacen los cambios que se requieran para “saltarse” la propiedad intelectual de un nuevo producto,  bajo el riesgo de que cualquier persona o plataforma pueda apropiarse de información y creación personal y la use para, profitar e incluso para cometer acciones ilegales o contrarias a los intereses de quienes establecieron sus bases.

Para todos los que han visto la película Jurassic Park, nunca tuvieron más sentido las palabras de Jeff Goldblum en su personaje de Ian Malcom: “estaban tan preocupados en si podían hacerlo que no se cuestionaron si debían hacerlo…”

El derecho y sus profesionales en esa encrucijada juegan un rol principal y fundamental.

La Inteligencia Artificial ha creado varias preguntas sin respuesta, y algunas que desafían más son las relacionadas con la Propiedad Intelectual

La Inteligencia Artificial no es solamente una herramienta o un desafío para los abogados, es una realidad a la cual se tendrán que adaptar para enfrentar a sus nuevas circunstancias.