El presente estudio de Work On Law analiza las diferencias de sueldos que se producen entre abogados empleados en oficinas grandes, el Big Law, y empresas grandes, en Chile.
El gráfico representa los rangos de remuneración mensual —entre los percentiles 20 y 80– de abogados pertenecientes a empresas y estudios jurídicos grandes durante los primeros 5 años de experiencia profesional, elaborado con información propia de Work On Law.
Mayo de 2020
Estudios jurídicos grandes vs. empresas grandes
Una de las conclusiones más novedosas es que a partir del año 8 de carrera la mediana de sueldo de los abogados de las oficinas grandes es superada por la de los abogados de empresa. Antes del año 8 solo en los percentiles más altos el abogado de empresa supera al asociado de oficina jurídica.
A medida que avanza la carrera del abogado, el cargo que detenta es lo que más impacta la remuneración: los sueldos más altos están ligados a ser socio del estudio jurídico, o tener el rol de fiscal / gerente legal de la empresa.
Después de 10 años de carrera el cargo por sí mismo es el mayor predictor de la remuneración del abogado —más que la universidad donde estudió el pre grado.
Las grandes firmas “garantizan”, por así decirlo, un sueldo promedio más alto que las empresas. Tanto porque tienen un piso y una media elevada durante los primeros 8 años de ejercicio, y además porque en los primeros 2 años es muy difícil que alguien les compita en sueldos.
Los bufetes tienen un rango o banda remuneracional mucho más acotado que el de las empresas, tal como se aprecia en el gráfico. En cambio, las empresas tienen un rango bastante más amplio, que le permite a algunos abogados senior alcanzar sueldos que superan a sus pares de estudios jurídicos. De todas formas, los abogados de oficinas grandes que se encuentran en la media exhiben sueldos más altos en los primeros ocho años de carrera.
los recién egresados mejor calificados suelen preferir un estudio jurídico
Años de experiencia y brechas
La diferencia más pequeña se da a los 3 años de experiencia profesional, donde se observa la menor brecha entre abogados de empresas y estudios jurídicos grandes.
Por su parte, Work On Law observó que la mayor diferencia de sueldos se da entre los 8 y 10 años de experiencia profesional. Hay que tener en cuenta que las oficinas grandes en promedio hacen socios a abogados con 10 años de trayectoria profesional, por lo que la mayor brecha salaria se produce justo antes de concretarse la posibilidad de ser socio. Entonces si se compara un abogado senior que pertenece a una oficina que ya tiene decidido no hacerlo socio, con el abogado que es el “número 2” de una empresa importante, éste último puede recibir un sueldo que fácilmente supera en 40% al de un abogado que se estanca en un bufete.
Industrias que pagan mejor
Las mineras y las empresas de energía exhiben sueldos que ya a partir del quinto año de experiencia comienzan a superar de manera importante al percentil 75 de las oficinas.
También es posible encontrar abogados muy jóvenes en la industria minera con sueldos que exceden ampliamente a lo que ganan sus compañeros de generación empleados en estudios jurídicos. Y esto es solo considerando el sueldo base, sin incluir las asignaciones de zona, de casa o vehículo que tienen los abogados mineros que se desempeñan en la operación misma.
El piso de sueldo de las mineras se comporta de manera parecida que el piso de los estudios grandes: tienen un piso alto.
A partir del octavo año de carrera, serán muchas las industrias en las que se pague mejor que en los estudios jurídicos grandes, no sólo en la minería y energía.
¿Qué explica la brecha salarial entre empresas y estudios jurídicos?
Leer: Comienzo de la carrera: ¿abogado asociado o abogado de Empresa?
Uno de los factores más importantes es que una vez avanzada la carrera profesional, se traslada el escenario máximamente competitivo desde los estudios jurídicos a las empresas. En efecto, los recién egresados mejor calificados suelen preferir un estudio jurídico para continuar la formación que recibieron en la universidad, buscando el rigor y la metodología que son muy propios de estas oficinas, recibiendo en general remuneraciones más altas que sus pares en empresas. Por su parte, las grandes empresas empiezan a dar la batalla por atraer abogados que ya están altamente entrenados y son autónomos (pues no tienen tanta facilidad y estructura para entregar la formación inicial), y que tienen considerables habilidades blandas que le permitan enfrentar un escenario completamente distinto al del estudio jurídico.
En los últimos 15 años las empresas han visto crecer y mejorar sus departamentos legales. Con eso se han generado oportunidades atractivas, especialmente para los abogados asociados a oficinas que no logran o no se interesan por la carrera de socio.
La brecha entre empresa y estudio debiera continuar aumentando tanto pronto se reactiven las condiciones que permiten a las empresas volver a su “head-count”. Por ahora hay mucha incertidumbre por la pandemia COVID-19.
Desde otro punto de vista, en el periodo 2015 a 2017 se produjeron techos de sueldo más alto tanto para estudios jurídicos como para empresas. Es decir, habían empleadores que estaban dispuestos a pagar más (unos verdaderos “sobreprecios”) para asegurarse el talento apropiado. En los últimos 3 años se registraron menos de esos episodios. Cómo siempre los aumentos venían de la mano del IPC y del aumento considerable que año a año las cinco oficinas de mayor tamaño de Santiago ofrecían a los abogados sin experiencia.
Es demasiado pronto para concluir cuál es verdadero impacto en los sueldos de los acontecimientos que comenzaron en octubre 2019 sumados a la actual crisis sanitaria por el Covid-19. Algunas áreas de práctica han sido más impactadas que otras; incluso algunas, como el derecho laboral, tienen más demanda que nunca. Pero la mayoría requiere de una reactivación de la economía para que se vuelvan a ver los niveles de crecimiento constante que tenían las remuneraciones de los abogados más competitivos.