Soy revolucionario
“Para conseguir grandes cosas, debemos no sólo actuar, sino también soñar, no solo planear, sino también creer.” Anatole France
Para mí el significado de una revolución es un cambio abrupto o radical sobre el pensamiento que pueden tener las personas a lo largo de la historia. Por otro lado, un revolucionario es la persona que desarrolla dicho cambio y crea un impacto dentro de su entorno social.
Ahora bien, en la sociedad existe el pensamiento de que una persona con una discapacidad se encuentra limitada, que no puede llegar a competir en igualdad de circunstancias que los demás.
Por lo anterior, en el presente texto les quiero relatar mi historia con la intención de i) transmitir que, a pesar de las circunstancias adversas, puedes realizar la vida que te propones tener; ii) enseñar que las personas con discapacidad, incluyéndome, podemos sobresalir en esta vida, toda vez que nunca estamos en una zona de confort, y eso nos hace ser determinados y valorar más lo que realmente importa.
Mi vida con una discapacidad no ha sido fácil, ya que siempre hay barreras, tratamientos médicos, terapias, frustración o perjuicios que no puedo controlar; no obstante, dichas circunstancias me construyeron una mentalidad ganadora, porque debo esforzarme más que cualquier persona para superar cualquier obstáculo. Siempre he tenido claro mi objetivo, y es realizar cosas extraordinarias.
"Me considero un revolucionario, toda vez que cambié el pensamiento de ciertas personas, demostrando que una persona con discapacidad es igual de competitiva que una persona sin ella."
Mi historia
A los 3 meses de edad sufrí una embolia que afectó la movilidad de mi brazo, pierna y pie derecho. Los doctores diagnosticaron que tendría que caminar con férulas el resto de mi vida, y debido a mis condiciones físicas y neurológicas veían complicado que pudiera correr. Asimismo, tendría problemas para escribir y sobre todo hablar y aprender otro idioma.
Tuve una niñez complicada. Todos mis días empezaban a las 6 a.m. y terminaban alrededor de las 11 p.m. Iba al colegio, posteriormente iba a mis terapias y cuando llegaba a mi casa a las 10 p.m., hacía mi tarea o estudiaba. Sin embargo, a pesar de todo esto tenia muy buenas calificaciones, amigos y jugaba fútbol.
Sin embargo, a los 11 años tuve una situación que me afectó en la parte emocional e impactó en mi vida. Los problemas personales empezaron a crecer y no tenía control sobre ellos.
Derivado de lo anterior, reprobé quinto año de primaria; sin embargo, tuve la oportunidad de no reprobar, ya que el colegio me dio la oportunidad de ingresar con un grupo de niños con problemas de aprendizaje, es decir, pude utilizar de excusa mi discapacidad para no repetir el año escolar. No obstante, mi discapacidad no era el problema, jamás me detuvo para ser un gran estudiante, simplemente hubo circunstancias que no pude controlar y las tuve que manejar de la mejor forma para salir adelante.
Tomé la decisión de repetir el año escolar, y gracias al apoyo brindado de mi hermana y mi papá, mi entorno empezó a mejorar. Continué con mis terapias, tuve las mejores calificaciones de la escuela y representé a mi colegio en concursos de ortografía.
A los 20 años me fijé como objetivo correr mi primer maratón, y quería cambiar pensamientos tales como: “Era un discapacitado, que siempre voy a depender de los demás.”, “Tus condiciones físicas y neurológicas no te permiten correr y menos un maratón”. Sin embargo, me preparé y corrí el maratón de Chicago 2012.
Actualmente llevo 10 maratones, terminé la licenciatura en derecho en la Universidad Iberoamericana, soy un gran abogado y trabajo en una de las mejores Firmas Legales en México.
Conté mi historia para enseñarles que puedes cambiar el pensamiento de las demás personas a través de tus acciones. Todos soñamos, tenemos objetivos en la vida, incluyendo personas con discapacidad como en mi caso.
Me considero un revolucionario, toda vez que cambié el pensamiento de ciertas personas, demostrando que una persona con discapacidad es igual de competitiva que una persona sin ella. La discapacidad no te limita a soñar o luchar. Eso sí, el mundo para nosotros si es más complicado por lo prejuicios que existen; no obstante, eso no debe ser una limitante o excusa, ya que cualquier persona que se propone algo y está determinada para lograrlo es imparable.
Quiero concluir diciendo que todos somos revolucionarios, siempre habrá obstáculos, circunstancias o hechos que no podemos cambiar, sin embargo, no pueden ser excusas para lograr la vida que deseamos. Solo depende de la fuerza de voluntad para lograr lo que quiere ser en esta vida. Yo decidí ser revolucionario.
Correr un maratón y terminar la escuela consideraban que era un milagro, pero correr 10 maratones y tener una licenciatura en derecho y trabajar en una gran firma para convertirme el mejor abogado, es una revolución.